Integrantes del Grupo de Investigación Carbón Biomasa de la PUCP apuntan que existe un gran potencial de biomasa residual que no es utilizado.
En el Perú existe un gran potencial de biomasa residual que no es utilizado. Satisfacer la necesidad energética y el cuidado al medio ambiente, son dos conceptos que pueden ir de la mano. Los profesores, Estela Assureira y Marco Assureira, del Departamento de Ingeniería e integrantes del Grupo de Investigación Carbón Biomasa, realizaron una investigación para conocer el verdadero potencial de esta fuente de energía limpia que se presentó en la I Conferencia Anual del Consorcio de Universidades.
En primer lugar, hay que determinar de qué tipo de biomasa energética se está hablando. Uno puede pensar en el etanol que proviene de cultivos energéticos, es decir, de plantas que son cosechadas especialmente para proveer de energía, trayendo como consecuencia que estas áreas quitan lugar para la agricultura. El trabajo de los profesores Assureira, se enfoca en la biomasa residual, que consiste en los residuos que quedan en la maquinaria de la agroindustria o en la tierra que ha sido destinada a la agricultura. Se aprovechan los residuos que de todas maneras se generan y no se están aprovechando.
La profesora Estela Assureira hace hincapié en que se está hablando de residuos, es decir, que no se está pensando en plantar árboles para talarlos, sino que se toman en cuenta los restos que quedan de la propia actividad agroindustrial, la agricultura y la industria maderera, por ejemplo, de la industria del café se generan restos como la cascarilla. “Por eso es que se hizo una investigación a nivel nacional para identificar cuáles eran las fuentes más grandes de este tipo de biomasa”, explica.
Identificar lugares
Dentro del Balance Nacional de Energía, se identifican como combustibles al petróleo, gas, madera, entre otros, pero los residuos no están contabilizados. Es por esto que se decidió realizar un mapa del Perú indicando dónde y cuál es la cantidad de residuo que se genera de manera que pueda ser sostenible en el tiempo.
En su investigación se encontró que existen 10 millones de toneladas de residuo aprovechable de manera sostenible e inmediata y los departamentos en los que se encuentra mayor volumen es La Libertad, Lambayeque, San Martín, Piura y Lima. En términos de energía se podría indicar que llega a ser casi 3 millones de toneladas equivalentes de petróleo.
Los residuos que podrían ser utilizados como biocombustibles provienen de los sembríos de la caña de azúcar, algodón, espárragos, arroz, etc. Esto ya que gracias a un estudio previo, se encontró que la importancia energética de los residuos de la caña de azúcar generaba un mejor rendimiento por hectárea en comparación a la papa. Es por esta razón que la costa contaría con un mayor potencial de biomasa energética residual.
Dificultades
En Europa o Estados Unidos, este tipo de aprovechamiento de los residuos se viene realizando hace mucho tiempo atrás, sin embargo, el problema se da en los países que al igual que el Perú tienen una actividad intensiva de agricultura.
La profesora Assureira explica que la primera barrera está en que se cree que los residuos son todavía considerados como algo que no tiene valor; segundo, utilizarlos implica ciertos cambios y adaptación en los equipos ya que requiere una tecnología propia para el residuo y que por el momento no existe en el Perú; y en tercer lugar, la utilización del petróleo o el gas es tan extendido que habría que acostumbrarse a utilizar estos nuevos recursos.
Costo – Beneficio
Los residuos conllevan un costo de desaparición. En el caso de la caña de azúcar, cuando la queman, el costo es ambiental. “Es como si agarraran el dinero y lo estuvieran quemando”, menciona la profesora Estela Assureira. Es por esta razón que se están buscando otras opciones de utilización y el transformarlos en compost o abono, no resulta ser suficiente y no sale a cuenta.
“El beneficio a nivel industrial está en que la utilización del residuo sea parte de su proceso productivo, esto permite no solo deshacerse de él, sino también reducir costos al dejar de usar petróleo o carbón”, explica Marco Assureira. Y a nivel doméstico, están realizando investigaciones para que la cascarilla del arroz pueda utilizarse en la generación de un gas que sirva para la cocción de alimentos, funcionaría exactamente como un balón de gas que muchos tienen en sus casas.
Siguiendo una política de que todo es utilizable, la profesora Assureira menciona que incluso la ceniza que queda después de quemar el residuo, se puede emplear como insumo en la industria del cemento. El objetivo es que con el tiempo puedan venir inversionistas que decidan poner sus plantas y fabriquen combustible por medio de la biomasa residual.
Fuente: PUCP/DICYT