En la actualización de sus objetivos medioambientales, la compañía no hace referencia a su anterior compromiso de vender el 25% de sus bebidas en envases retornables o rellenables para 2030, y organizaciones ambientales denuncian su «clase magistral de greenwashing».
Tras la conclusión de las conversaciones sobre el Tratado mundial sobre los plásticos en Busan sin ningún acuerdo, The Coca-Cola Company anunció el pasado lunes sus nuevos objetivos medioambientales. Y en lo que respecta a envases y embalajes, parece haber desaparecido por completo su compromiso voluntario de 2022 de alcanzar un 25% de envases reutilizables para 2030, según han denunciado miembros de la plataforma ambiental Break Free From Plastic.
En su comunicado, Coca-Cola se centra en objetivos específicos orientados al reciclaje, como es «utilizar entre un 35% y un 40% de material reciclado en los envases primarios (plástico, vidrio y aluminio), lo que incluye aumentar el uso de plástico reciclado entre un 30% y un 35% a nivel mundial». Igualmente, se propone «contribuir a garantizar la recogida del 70% al 75% del número equivalente de botellas y latas introducidas al mercado anualmente».
La empresa afirma que está centrando sus esfuerzos en utilizar más material reciclado en los envases y en apoyar las tasas de recogida, y aunque añade que tiene la intención de seguir invirtiendo en envases rellenables «donde ya exista infraestructura», no especifica en esta ocasión un objetivo concreto de reutilización.
Así, la compañía afirma que seguirá centrándose en «una mayor promoción de sistemas de recolección bien diseñados». Y añade que si alcanza su meta de una tasa de recogida del 70% al 75%, seguirá trabajando para «aumentar aún más la recolección a largo plazo».
Acusaciones de greenwashing
«La promesa de Coca-Cola ha durado menos tiempo del que una de sus botellas reutilizables podría esperar estar en circulación», ha dicho Sam Pearse, director de campaña de The Story of Stuff Project.
Para Break Free From Plastic, «la decisión de Coca-Cola de abandonar sus objetivos de reutilización subraya la necesidad de normas obligatorias que hagan a las empresas a rendir cuentas por la contaminación que causan. Mientras los líderes mundiales extienden las negociaciones del Tratado sobre los Plásticos hasta 2025, las delegaciones deben seguir apoyando un tratado jurídicamente vinculante de gran ambición que incluya disposiciones sobre la responsabilidad corporativa, la priorización de las medidas de reducción de la producción de plástico y la ampliación de los sistemas de reutilización y recarga».
«La última acción de Coca-Cola es una clase magistral de greenwashing, ya que se deshizo de los objetivos de reutilización anunciados anteriormente y optó por inundar el planeta con más plástico que ni siquiera pueden recolectar y reciclar de manera efectiva», afirma Von Hernandez, coordinador global de Break Free From Plastic. «Si ni siquiera pueden cumplir con sus compromisos de bajo nivel, ¿cómo pueden afirmar que se toman en serio la lucha contra la crisis mundial del plástico?», concluye.