Gumersindo Feijoo Costa.
Catedrático de Ingeniería Química.
Centro de Excelencia CRETUS d ela Red CiGUS, Universidade de Santiago de Compostela.
El 19 de diciembre de 2024 se publicó el Reglamento (UE) 2024/3190 de la Comisión (con entrada en vigor el 20 de enero de 2025) sobre el uso de bisfenol A y otros bisfenoles y derivados de bisfenoles en determinados materiales y objetos destinados a entrar en contacto con alimentos.
La Unión Europea ha puesto veto a la utilización de bisfenol A (BPA) con la publicación del Reglamento 2024/3190. Han sido más de 20 años de estudios científicos que han puesto coto a este enemigo tranquilo que se introduce lentamente en nuestro organismo a bajas concentraciones y que no descubre sus efectos toxicológicos hasta que son considerables.
¿Qué es el bisfenol A?
El bisfenol A o BPA es un compuesto orgánico que consiste en dos anillos fenólicos (de ahí “bi” y “fenol”) unidos por la parte central a una molécula de propano simétrica. Se utiliza fundamentalmente en resinas epoxi (un tipo de polímero) y determinados plásticos y algunos policarbonatos.
Su misión es la de endurecer la materia plástica, evitar que las bacterias contaminen los alimentos y prevenir que las latas se oxiden. Pero su uso descontrolado y abusivo en envases lo ha incluido en una larga lista de compuestos que han pasado de adalides del progreso a modelos de generación de problemas ambientales serios. Estos son algunos de ellos:
- Dicloro difenil tricloroetano (DDT): componente de la mayoría de insecticidas fabricados durante el siglo XX que ha sido usado en el control de enfermedades como la malaria, la fiebre amarilla o el tifus. Tras comprobar que se acumulaba en las cadenas tróficas, desde finales del siglo XX está prohibida su producción, uso o almacenamiento y comercio en todo el mundo.
- Freón: el primero de los compuestos denominados clorofluorcarburos (CFC) utilizados extensamente como refrigerantes en la segundad mitad del siglo XX. Con el trabajo de los investigadores Mario Molina y Frank Sherwood Rowland publicado en la revista Nature en 1974 (recibieron por ello el premio Nobel en 1995) se demostró la influencia de los CFC en la destrucción de la capa de ozono, lo que influyó decisivamente en la firma del Protocolo de Montreal (1987) para limitar su producción y consumo.
- Hexaclorociclohexano (HCH): utilizado principalmente como insecticida para combatir las plagas en la agricultura. Hoy en día, su toxicidad ha sido comprobada y su uso se encuentra estrictamente limitado en la Unión Europea. Está prohibido en algunos países debido a su persistencia en los suelos.

El BPA tiene la curiosidad de mimetizar la estructura de los estrógenos naturales y, por tanto, puede alterar el sistema endocrino, esto es, es un disruptor endocrino.
Desde comienzos de siglo, la dosis de ingesta tolerable de este compuesto se ha ido reduciendo drásticamente. En 2006 la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria propuso un valor de 0,05 mg/kg peso corporal/día, que ha sido reducida paulatinamente y para el último informe del 2023 lo sitúa en 0,2 nanogramos/kg peso corporal/día, esto es, una reducción de 250 000 veces.

Degradación del BPA
Las estaciones depuradoras de aguas residuales constan de diferentes tratamientos para la eliminación de la materia orgánica. Los tratamientos denominados terciarios o postratamientos (ozonización, ultravioleta…) tienen como misión la eliminación de compuestos que los tratamientos biológicos convencionales no son capaces de degradar. El BPA requiere de tratamiento específicos que eviten su vertido en los ríos y puedan producir efectos nocivos sobre la fauna.
Existen diversos sistemas fisicoquímicos y biológicos capaces de eliminar hasta el 95 % del BPA presente en las aguas residuales, pero deben ser instalados, lo que supone un aumento del coste global de tratamiento.
Legislación ambiental que lo prohíbe
Uno de los primeros países que legislaron sobre el uso del BPA fue Suecia a raíz de la controversia de su uso en las tetinas de los biberones. Así, en julio de 2012, Suecia aprobó la prohibición del uso de BPA en barnices y revestimientos utilizados en el envasado de alimentos para niños menores de tres años.
Finalmente, el 19 de diciembre de 2024 se publicó el Reglamento (UE) 2024/3190 de la Comisión (con entrada en vigor el 20 de enero de 2025) sobre el uso de bisfenol A y otros bisfenoles y derivados de bisfenoles en determinados materiales y objetos destinados a entrar en contacto con alimentos. Sus principales directrices son las siguientes:
- Se prohíbe el uso de BPA y de sus sales para fabricar los materiales y objetos destinados a entrar en contacto con alimentos, así como la comercialización en la UE de materiales y objetos destinados a entrar en contacto con alimentos que se fabriquen utilizando BPA.
- Se establecen varios periodos transitorios (entre 18 y 36 meses) para su aplicación, sobre todo para objetos finales de un solo uso destinados a entrar en contacto con alimentos y para los objetos finales reutilizables destinados a entrar en contacto con alimentos.
Ya lo dice un viejo refrán “más vale prevenir que lamentar”. Así, una legislación ambiental basada en la prevención a partir de datos científicos supone una reducción de los impactos sobre las personas y el medio ambiente y, sin duda, un menor coste económico derivado de la restauración de los ecosistemas y la salud. Sin analizar el pasado, no se entiende el presente y no se puede estimar el futuro.
Fuente:
The Conversation