El centro tecnológico valenciano ha ampliado su técnica de detección del coronavirus en superficies y aguas de lavado para aplicarla también en aguas residuales.
Diferentes estudios han demostrado que la vigilancia y el seguimiento sistemático de SARS-Cov-2 en las aguas residuales puede resultar un método eficaz para detectar posibles brotes de COVID-19 en la población.
Este seguimiento constituye una fuente de información complementaria a la sanitaria para prevenir nuevos brotes de la pandemia. Por ello, AINIA ha ampliado su servicio de análisis de detección de SARS-Cov-2 en superficies y aguas de lavado, a aguas residuales.
Según ha explicado el responsable de seguridad alimentaria de AINIA, Roberto Ortuño: “aunque la técnica de amplificación y detección es la misma que utilizamos en el caso de superficies y aguas más limpias, el hecho de tratarse de aguas residuales hace que se deba adaptar el procedimiento de extracción para garantizar una recuperación suficiente. Además, en este caso, es importante poder cuantificar las unidades de los fragmentos de ARN detectados en la muestra, ya que para hacer el seguimiento en las aguas residuales es importante no sólo saber si hay ARN del virus, si no en qué cantidad”.
Así, ha indicado Roberto Ortuño que “un aumento significativo de la carga vírica en las muestras analizadas de aguas residuales de una zona en la que existan afectados, incluso aunque sean asintomáticos, nos indicará que el grado de afección de la población está aumentando, lo que permitirá tomar medidas para frenar la curva de crecimiento”.
La metodología utilizada por AINIA se basa en identificar el material genético del virus mediante RT PCR real-time.