La alianza destaca el valor del reciclaje de residuos inevitables, como los de alimentos y jardinería, para ayudar a frenar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Una alianza global de asociaciones para el reciclaje de residuos orgánicos ha hecho un llamamiento a los líderes mundiales para que la COP26 sea un punto de inflexión en la historia del reciclaje de los residuos de alimentos y de jardinería.
La alianza afirma que todos los países, empresas y personas pueden ayudar a mitigar el cambio climático reciclando sus inevitables residuos de alimentos y de jardín para convertirlos en abonos y enmiendas del suelo, y que es necesario actuar de inmediato para obtener los máximos beneficios de estos valiosos recursos. Esto puede lograrse reciclándolos a través de sistemas de compostaje doméstico o a gran escala, para crear una valiosa materia orgánica rica en carbono que se devolverá a los suelos para el almacenamiento de carbono, la protección de la biodiversidad, la conservación del agua y la seguridad alimentaria. La alianza pide que se actúe ya para implantar sistemas que reciclen los residuos orgánicos para devolverlos a los suelos.
Según datos del Banco Mundial, el 5% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero en 2016 (1.600 millones de toneladas de CO2 equivalente) se generaron a partir del tratamiento y la eliminación de residuos sólidos, y los residuos alimentarios representan casi el 50% de las emisiones totales. El reciclaje de los residuos orgánicos inevitables reducirá esta importante fuente de emisiones de gases de efecto invernadero.
Los beneficios para la la estabilización del clima también se obtienen cuando el compost y la materia orgánica se devuelven a nuestros suelos. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, el 95% de nuestros alimentos se produce directa o indirectamente en nuestros suelos, siendo la materia orgánica fundamental para su salud general, la estructura del suelo, la biodiversidad y la actividad biológica de los organismos del suelo y la disponibilidad de nutrientes para las plantas. El hecho de que los suelos del mundo actúen como el mayor sumidero de carbono terrestre, reduciendo los gases de efecto invernadero en la atmósfera, intensifica este papel para contrarrestar significativamente el rápido aumento del dióxido de carbono en la atmósfera.
Es importante destacar que el reciclaje orgánico es una herramienta de captura de carbono muy asequible y que puede realizarse a muchas escalas diferentes, accesible para todos a través de soluciones locales que también pueden aportar beneficios añadidos en la producción de energía renovable, la mejora de la calidad y conservación del agua y la seguridad alimentaria.
En nombre de la alianza mundial, Jenny Grant, directora de productos orgánicos y capital natural de la Asociación para la Energía Renovable y la Tecnología Limpia (REA), afirma que «la COP26 ofrece un punto de inflexión» en la historia para el reciclaje de los residuos orgánicos. «Nuestra alianza global insta a los líderes mundiales a que aprovechen esta oportunidad única para dar un gran paso adelante, acordando colectivamente un aumento importante del reciclaje de los residuos de alimentos y de jardinería inevitables para devolverlos a la tierra como fertilizantes y enmiendas del suelo».
«Dado que una proporción tan importante de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero se genera a partir del tratamiento y la eliminación de residuos, es crucial que se llegue a un acuerdo en Glasgow», apunta Grant.
«Con una intervención decisiva -continúa-, el reciclaje de los residuos orgánicos inevitables es una oportunidad inmediata para ayudar a frenar el aumento de la temperatura global«.
La alianza mundial está formada por La Asociación para la Energía Renovable y la Tecnología Limpia (REA); la Asociación Australiana de Reciclaje de Productos Orgánicos (AORA); el Consejo de Compostaje de Canadá (CCC); la Red Europea de Compostaje (ECN); la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA); CRÉ – Asociación de Compostaje y Digestión Anaeróbica de Irlanda; WasteMINZ (Instituto de Gestión de Residuos de Nueva Zelanda); el Consejo de Compostaje de Estados Unidos (USCC), y la Fundación de Investigación y Educación sobre el Compostaje (CREF).