Según un estudio encargado por la Agencia de Medio Ambiente alemana, entre 2004 y 2013, aumentó notablemente el número de grandes electrodomésticos que tuvieron que cambiarse por fallos de funcionamiento durante los primeros cinco años.
Ya se trate de televisores, frigoríficos, secadores de pelo o teléfonos móviles, la mayoría de los productos electrónicos se usan cada vez durante menos tiempo antes de tirarlos. Esta ha sido la conclusión de un estudio de la Agencia Federal de Medio Ambiente alemana (UBA).
Por este motivo, la UBA busca establecer una serie de requisitos mínimos en el ciclo de vida de los aparatos eléctricos y electrónicos y su calidad.
Su presidenta, Maria Krautzberger, también advirtió de la necesidad de usar estos productos más tiempo y alargar así su ciclo de vida, ya que muchos dispositivos son reemplazados incluso cuando funcionan perfectamente. Esto se da especialmente en el ámbito de las tecnologías de la información como teléfonos móviles o tabletas electrónicas, donde los continuos desarrollos crean en los consumidores fuertes necesidades de nuevos productos.
El número de grandes electrodomésticos que tuvieron que ser sustituidos debido a fallos dentro de los cinco primeros años después de comprarlos aumentó desde el 3,5% en 2004 al 8,3% en 2013, según el estudio, realizado por el Instituto Öko y la Universidad de Bonn.
Sin embargo, el estudio no encontró evidencias que sugirieran una obsolescencia programada en los aparatos, es decir, una vida útil limitada artificialmente por el fabricante. Por otra parte, el informe sí halló que la vida de los productos se adaptaba a factores como el grupo objetivo de usuarios o su ámbito de aplicación.
Maria Krautzberger reclamó la introducción de un etiquetado que indique la vida real de un producto, especificando sus horas de trabajo. Además, añadió que debería potenciarse la reutilización de estos aparatos a través de un diseño que los haga fácilmente reparables y con disponibilidad de las piezas de repuesto necesarias para los no fabricantes.
Fuentes:
Fundación para la Economía Circular
edie.net
Todo esto es consecuencia de la tendencia consumista a la que nos ha llevado el aparato publicitario de las empresas, realmente son muchas cosas que hay que controlar para revertir esta idea de la gente que piensa que es mejor nuevo que reparado. Estoy absolutamente de acuerdo con el articulo cuando dice que se debe hacer que el fabricante cuide la calidad de su producto y la ingeniería de los mismos de manera que dure y aparte sea posible repararlo lo mas fácilmente posible, sin que se de el caso de que sea imposible encontrar la refacción necesaria para que siga funcionando.