Maria José Meseguer Penalva.
Doctora en Derecho, especializada en Derecho Ambiental.
TERRAQUI. Derecho Ambiental.
La simbiosis industrial es un elemento clave del modelo hacia una Economía Circular y, por ello, su impulso está siendo introducido en las Estrategias y Programas relativos al impulso de la economía verde. Su éxito está en el desarrollo y experimentación de nuevas formas de colaboración público-privadas en este ámbito.
A pesar del replanteamiento de la cuestión por parte de la actual Comisión entrante, la Economía Circular sigue siendo una prioridad en la Unión Europea en la línea de lo establecido en la “Hoja de Ruta hacia una Europa eficiente en el uso de los recursos” COM (2011) 571 final, también recogida en la COM (2012) 582 final “Una política industrial integrada para la era de la globalización. Estas políticas se han visto reforzadas con la publicación del programa de la Comisión Europea “Hacia una Economía Circular: un Programa de Cero Residuos para Europa”, COM (2014) 398 final.
Una de las líneas prioritarias de actuación común en la denominada “Economía Circular” es que las fábricas sigan procesos altamente eficientes en cuanto al uso de la energía y los materiales; además, utilicen materiales renovables y reciclados y adopten cada vez más modelos de negocio sostenibles, como la simbiosis industrial para recuperar materiales y el calor y la energía disipados. Es decir, una economía circular «diseña» residuos e incluye la innovación en toda la cadena de valor, en lugar de basarse solamente en soluciones adoptadas al final de la vida útil de un producto. Y, como ejemplo de ello, ahora nos interesa poner la atención en los modelos de negocio innovadores creadores de una nueva relación entre las empresas y los consumidores. En el caso de la simbiosis industrial se facilita la agrupación de actividades para impedir que los subproductos se conviertan en residuos.
Una economía circular «diseña» residuos e incluye la innovación en toda la cadena de valor, en lugar de basarse solamente en soluciones adoptadas al final de la vida útil de un producto.
En Cataluña, destacamos el borrador de la Estrategia del Gobierno de la Generalitat de Cataluña de “Impulso a la Economía Verde”, de 20 de enero de 2014, en la cual se identifican cuáles son las oportunidades que ofrece la economía verde en los sectores que se consideran claves para la transformación del tejido productivo hacia un crecimiento inteligente, sostenible e integrador. Como ejemplo de nuevo negocio y oportunidad de crecimiento e innovaciones que pueden emerger hace referencia a un “sistema productivo circular” en el sector de la alimentación mediante la utilización de los residuos de la producción agroalimentaria como subproductos, aprovechamiento energético de la biomasa de origen agro y forestal; y en los sectores de energía y los recursos, sistemas industriales e industrias relacionadas con el diseño mediante la utilización de los residuos como subproductos, aplicaciones de indicadores de cálculo de huella ambiental y ACV, reutilización y reciclaje.
En desarrollo y reforzando estas actuaciones, la Propuesta de Estrategia de investigación e innovación para la especialización inteligente de Cataluña (RIS3CAT), de 4 de febrero de 2014, define el marco a partir del cual el Gobierno desarrollo las actuaciones y los programas de R+D+I para el período 2014-2020 y da apoyo a la generación y el desarrollo de proyectos innovadores. Entre las medidas para promover la transición hacia la economía verde se hace referencia expresa al apoyo a ecoinnovaciones sistémicas, con soluciones globales basadas en nuevos modelos de negocio innovadores, poniendo como ejemplo la “simbiosis industrial”.
Esta línea de trabajo ha sido trasladada, en el marco de la normativa de residuos, a la Propuesta del Programa General de Prevención y Gestión de Residuos y Recursos de Cataluña 2013-2020 (PRECAT20), de abril 2014, que incluye en los objetivos de carácter general relativos a potenciar la visión de los residuos como recursos el “impulsar y desarrollar la simbiosis industrial, buscando la implicación del sector privado e impulsando instrumentos de gestión eficientes”.
Con el fin de poner en práctica la “simbiosis industrial”, el Directorado General de Empresa e Industria de la Comisión Europea ha publicado estudios recientes sobre “Regiones en transición hacia la economía circular” a partir de enfoques sistémicos como la “simbiosis industrial”. Se define como una cooperación basada en la red entre las empresas en una región que implica la recuperación, reutilización y reciclaje de los recursos de los subproductos, incluidos los desperdicios materiales, agua o calor, entre las empresas participantes con el fin de reducir gastos operativos, así como para reducir las presiones ambientales de la producción.
En España, el País Vasco es la Comunidad Autónoma más avanzada en el impulso de la simbiosis industrial, y se están desarrollando proyectos de demostración para la reutilización de materiales.
En España, el País Vasco es la Comunidad Autónoma más avanzada en su impulso. Así, en septiembre de 2014 el Ihobe publicó proyectos de demostración para la reutilización de materiales en relación con la “Economía circular en el País Vasco”. Y, actualmente, está abierta la convocatoria 2015 para apoyar proyectos de economía circular dentro de la línea de ‘fabricación verde’ del Programa Marco Ambiental 2020. Esta nueva convocatoria incluye la posibilidad de contrastar pretratamientos para el reciclaje o desarrollar nuevos estándares reconocidos por los clientes de materiales secundarios. El proceso se realiza en dos fases, una primera fase de contraste de ideas que finaliza el 24 de marzo, y una segunda fase de presentación de propuestas que se cierra el 24 de abril.
Cabe destacar, entre las conclusiones de las experiencias estudiadas en la Unión Europea y en el País Vasco, en particular, que la simbiosis industrial significa un cambio fundamental tanto en la organización clásica de la industria, así como en la mentalidad de los actores implicados. Las simbiosis, en tanto solución integral, fueron fruto de coordinación y aceptación más que de cualquier recomendación teórica. Por tanto, el elemento clave es el desarrollo y experimentación de nuevas formas de colaboración público-privadas: la comunicación y colaboración de confianza entre los actores implicados en toda la cadena de valor es imprescindible para conseguir rentabilizar las nuevas soluciones de economía circular.
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