La instalación consigue separar, a través de tecnologías de última generación, hasta 11 tipologías de materiales que son remitidos a los centros recicladores.
Representantes de entidades integradas en Aproema (Asociación Profesional de Empresas Medioambientales de Galicia), entre las que se encuentra Sogama, visitaron el pasado viernes el Complejo Medioambiental de Cerceda (A Coruña) a fin de conocer de primera mano la actividad de la nueva planta de recuperación de materiales, que permitirá a la Sociedade Galega do Medio Ambiente incrementar su aportación al reciclado y llegar este mismo año al vertido técnico cero.
El grupo, liderado por la directora de la Asociación, Sara Domínguez, fue recibido por el presidente de esta compañía pública, Javier Domínguez Lino, teniendo también la oportunidad de ver la exposición fotográfica inaugurada el pasado 20 de enero, coincidiendo con el 20 aniversario de la puesta en marcha del Complejo Medioambiental, y en la que se deja constancia de los 20 hitos más relevantes que han marcado la historia de esta infraestructura, convertida a día de hoy en la más moderna, eficiente e innovadora de Europa y referente para el resto del mundo.
Tras unas breves explicaciones por parte del presidente de la compañía sobre el proceso de mejora y ampliación del complejo cercedense, que cuenta hoy con capacidad suficiente (1 millón de toneladas) para tratar en condiciones óptimas todos los residuos urbanos producidos en Galicia, el colectivo, acompañado por técnicos de la Sociedad, realizó un recorrido guiado por las distintas instalaciones, prestando especial atención a la nueva planta de recuperación de materiales como ejemplo en el ámbito de la innovación aplicada a residueos
En línea con la industria 4.0, esta planta consigue separar, a través de tecnologías de última generación, hasta 11 tipologías de materiales que son remitidos a los centros recicladores, donde cobran una nueva vida. De esta forma, Sogama incrementará exponencialmente su aportación al reciclaje y llegará en los próximos meses al vertido técnico cero, 15 años antes de lo estipulado por el Parlamento Europeo.