Ante el temor de que la Cámara Alta rebaje la ambición y los objetivos de nueva la Ley de residuos antes de devolverla al Congreso, 29 organizaciones destacan cinco aspectos que consideran clave.
A una semana del próximo pleno del Senado en el que se aprobará la nueva Ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular, organizaciones ecologistas y sociales han pedido a los grupos parlamentarios del Senado que «apuesten de manera decidida por una Ley que priorice la prevención de residuos y que reduzca la cantidad de tóxicos y su peligrosidad».
Una vez las enmiendas se aprueben en la Cámara Alta, la Ley de Residuos volverá al Congreso para su trámite final, por lo que las organizaciones ambientalistas consideran que este es un momento crucial para definir los contenidos finales de la futura norma.
En un comunicado conjunto, las 29 entidades firmantes ponen de relieve cinco medidas clave que consideran irrenunciables y que se detallan a continuación:
- Incorporar objetivos más ambiciosos de prevención de residuos. No todo es reciclable y la mejor forma de garantizar un uso eficiente de los recursos y la energía es la prevención en origen de la generación de residuos. Pero solo se priorizará la prevención si la Ley fija objetivos viables pero ambiciosos: reducción del 20% el 2025 y el 30% el 2030 respecto a los generados en 2010.
Para ello es necesario establecer objetivos específicos como la reducción del 50% de los envases de un solo uso (independientemente del material) para 2025 y de un 80% para 2030. Otro hito debe ser la reducción de los productos sanitarios menstruales, pañales y toallitas húmedas de un solo uso en un 30% para 2025 y un 60% para 2030.
En relación con la ‘fracción resto’, en 2035 no debería sobrepasar los 100 kg anuales por persona (en 2019 fueron 377,1 kg/hab/año.
- Garantizar la protección de la salud de las personas. Actualmente, muchos envases de uso alimentario tienen presencia de sustancias tóxicas. Entre ellas, algunas que preocupan singularmente a la comunidad científica, como es el caso de aquellas que son capaces de causar alteraciones hormonales (disruptoras endocrinas). Estas han sido asociadas a infinidad de posibles efectos negativos sobre la salud, como daños sobre el desarrollo del aparato reproductor, alteraciones en el neurodesarrollo, enfermedades metabólicas o, entre otros, incremento de riesgo de algunos cánceres ligados a las hormonas.
Entre las sustancias disruptoras endocrinas más preocupantes se cuentan algunos bisfenoles y ftalatos, motivo por el cual es prioritario reducir la presencia de tal tipo de sustancias en materiales en contacto con alimentos y, en particular, a partir del 1 de enero de 2023, prohibir la utilización de ftalatos y de los bisfenoles A, S, F, B y AF en envases.
- Recuperar el 75% de la fracción orgánica para 2025 con una presencia de impropios de un máximo del 5%. Los biorresiduos de origen doméstico deberán recogerse de forma separada antes del 30 de junio de 2022 por las administraciones locales con población superior a 5.000 habitantes, y antes del 31 de diciembre de 2023 para el resto. Debe considerarse también como recogida separada de biorresiduos la separación y reciclado en origen mediante compostaje doméstico o comunitario.
Los grupos ecologistas creen que la Ley debe establecer que el sistema garantice la recogida de al menos un 75% de la fracción orgánica de los residuos domésticos antes de 2025, y que la recogida se realice sin bolsa. A su vez, ven imprescindible establecer un máximo de impropios (residuos no orgánicos), de un 5%; en la actualidad esta cifra es muy superior y perjudica el funcionamiento de las plantas y el resultado final del compost.
- Prohibir anillas de plástico de un solo uso y suelta masiva de globos. Las organizaciones firmantes también reclaman que la Ley prohíba el uso de anillas de plástico de usar y tirar para la distribución agrupada de varios envases. Más aún cuando existen alternativas. Del mismo modo, piden la prohibición de la suelta masiva de globos, que provocan muertes por asfixia e inanición en la fauna.
Respecto a los envases de bebidas, apuestan por que un futuro Sistema de Depósito asegure la incorporación de envases de vidrio, latas y briks junto a las botellas de plástico, de forma que se asegure «su reutilización y su reciclaje en nuevos envases de bebida en más de un 90%».
- Aplicar la responsabilidad ampliada del productor a más sectores e incluir costes de limpieza de entornos naturales como playas y medio marino. Las organizaciones ecologistas insisten también en que los productores deben asumir todos los costes asociados al tratamiento de los residuos que generan, incluyendo su recogida de vías públicas, zonas verdes y entornos naturales, como playas y medio marino. «Actualmente, es la ciudadanía quien asume estos costes a través de los impuestos», argumentan. Además, ven es necesario aplicar la responsabilidad ampliada del productor a «sectores productivos que aún no asumen coste alguno de la gestión de los residuos que producen», como es el caso del textil, los productos de higiene íntima, colchones, monodosis, cápsulas de café, juguetes, bengalas marítimas y embarcaciones recreativas, entre otros.