La empresa de reciclaje producirá masa negra a partir de las baterías desechadas y la compañía química la procesará en una refinería para recuperar los metales valiosos.
La compañía química BASF y la empresa de reciclaje Stena Recycling se han asociado para aprovechar la complementariedad de sus capacidades con el fin de mejorar las ofertas individuales de ambas partes a sus respectivos clientes europeos. Así, Stena Recycling recogerá, evaluará y pretratará las baterías al final de su vida útil y la chatarra de producción de baterías para producir masa negra en sus instalaciones de reciclaje de baterías de Halmstad (Suecia). Por su parte, BASF procesará y refinará la masa negra en su refinería prototipo de reciclaje de baterías de Schwarzheide (Alemania).
Ambas compañías han firmado un acuerdo de compra de masa negra que forma parte de una colaboración más amplia con el objetivo de establecer una cadena de valor de reciclaje de baterías para el mercado europeo de baterías de vehículos eléctricos.
La cooperación se centrará en el desarrollo de procesos mejorados de producción de masa negra para conseguir altos índices de recuperación de metales como el litio, el níquel y el cobalto, con el fin de apoyar soluciones de circuito cerrado para el mercado europeo de baterías de vehículos eléctricos.
La recogida, evaluación y pretratamiento de las baterías de iones de litio al final de su vida útil, seguidos de la producción de masa negra, son los primeros pasos del proceso de reciclado de baterías. La masa negra se produce mediante el tratamiento mecánico de las baterías de ión-litio al final de su vida útil y de la chatarra de producción de baterías. En un segundo paso, los metales valiosos, como el litio, el níquel, el cobalto y el manganeso de la masa negra, pueden recuperarse químicamente.
Tras la recogida de baterías de iones de litio al final de su vida útil y de residuos de la producción de baterías, y la producción de masa negra por parte de Stena Recycling en Halmstad, esta se procesará en la refinería de metales de BASF en Schwarzheide. Ambas empresas pretenden trasladar este modelo a la refinería de metales de reciclaje de baterías a escala comercial que BASF tiene previsto construir en Europa.