La europarlamentaria croata, responsable del reciente informe del PE sobre desperdicio alimentario, asegura que la UE tiene la obligación moral y política de reducir los residuos de alimentos.
La UE produce unos 88 millones de toneladas de desperdicios de alimentos al año, alrededor de 173 kg por persona, según las estimaciones. Esta situación plantea no solo cuestiones éticas y económicas, sino que también tiene un impacto importante en nuestro medio ambiente. La comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo ha aprobado un informe, elaborado por la socialdemócrata croata Biljana Borzan, en el que pide intensificar los esfuerzos para reducir el desperdicio de alimentos.
¿Cuál es la magnitud del problema?
Alrededor de un tercio de la comida producida para consumo humano se desperdicia. Este enorme nivel de residuos tiene impacto económico, social y ambiental. El desperdicio de alimentos causa una pérdida económica de unos 940.000 millones de dólares al año en el mundo. Provoca inseguridad alimentaria y desnutrición. Y los alimentos que en última instancia se desperdician consumen recursos valiosos, por ejemplo, aproximadamente una cuarta parte del agua utilizada para la agricultura. Y se estima que son responsables del 8 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
¿Por qué se desperdicia tanta comida?
A escala global, hay diferencias sobre cuándo y dónde se desperdician alimentos. En los países industrializados, la mayor parte del desperdicio se concentra en las etapas finales como la distribución y el consumo. Mientras que en los países en desarrollo se concentra en las primeras etapas, debido a la falta de prácticas agrícolas avanzadas, a sistemas e infraestructuras de transporte eficientes y a instalaciones seguras de almacenamiento.
¿Y cuáles son las consecuencias ambientales y económicas?
La pérdida de alimentos también implica desperdicio de agua, suelo, horas de trabajo, energía y otros recursos valiosos y a menudo limitados. Los expertos afirman que la reducción de los residuos alimenticios en los países desarrollados en un 30% podría ahorrar aproximadamente 400.000 kilómetros cuadrados de tierras de cultivo para 2030. Los costes asociados con los residuos alimentarios para la UE en 2012 se calculan en unos 143.000 millones de euros. Dos tercios de los costes están asociados con los residuos de alimentos de los hogares.
¿Cómo se ve la situación en Europa?
La Unión Europea, como una de las comunidades más ricas y prósperas del mundo, tiene la obligación moral y política de reducir las enormes cantidades de alimentos desperdiciados cada año. Las estimaciones demuestran que cada año se desperdician 88 millones de toneladas de alimentos en la UE, unos 173 kilogramos de alimentos por persona. Y mientras que el 20% de los alimentos producidos en la UE se pierde, 55 millones de personas no pueden pagar alimentos de calidad cada dos días. Esta situación es inasequible, inmoral e insostenible.
¿Qué debe hacer la Unión Europea y sus Estados miembros para mejorar la situación?
Hay desperdicio de alimentos en cada etapa de la cadena de suministro y consumo. Eso significa que no hay una sola regulación a modo de «bala de plata» que la UE pueda aplicar para resolver el problema. En la actualidad, hay 52 actos de la UE que tienen un impacto positivo o negativo en los residuos alimentarios: necesitamos una respuesta política coordinada a nivel de la UE y de los Estados miembros que tenga en cuenta las políticas en materia de residuos, seguridad alimentaria e información, pero también aspectos económicos, investigación e innovación, medio ambiente, agricultura, educación y política social.
¿Qué podemos hacer e nuestra vida cotidiana para reducir el desperdicio de alimentos?
Las estimaciones muestran que el 53% de los residuos de alimentos se producen en los hogares, la educación del consumidor es un área crítica donde se necesita un esfuerzo concertado para reducir el desperdicio de alimentos. Según una encuesta del eurobarómetro acerca de esta cuestión, más de las tres cuartas partes de los europeos piensan que el consumidor individual es uno de los actores involucrados en la prevención de residuos de alimentos. Planee sus compras, no compre en exceso. Ponga los alimentos nuevos en la parte de atrás de la nevera. Utilice o congele las sobras.
Menos de la mitad de los europeos saben la diferencia entre las fechas de vencimiento «caducidad» y «consumo preferente». No tire los alimentos inmediatamente después de la fecha de «consumo preferente», ya que todavía se puede usar, a veces durante semanas.