La planta piloto, ubicada en Lorca, ha valorizado 70 toneladas de residuos SANDACH para producir biocombustible mediante un proceso más sostenible que evita la producción de efluentes contaminantes.

Obtienen biodiésel a partir de grasas animales

La planta piloto preindustrial del proyecto Life Superbiodiesel en Lorca permite producir cinco toneladas de biodiésel anuales a partir de grasa animal procedente de residuos SANDACH categoría 3, que no pueden ser utilizados ni para alimentación humana ni animal.

El Instituto Tecnológico del Producto Infantil y de Ocio-AIJU coordina este proyecto europeo en el que se ha diseñado, construido y puesto en marcha una planta piloto que permitirá, además, la obtención de cuatro toneladas de bioestimulantes basados en aminoácidos libres mediante un proceso enzimático eficiente en el uso de recursos.

Como explica Juan Antonio Micó, coordinador principal del proyecto en AIJU, “una de las ventajas de este proyecto, además de la diversificación de fuentes de obtención de la materia prima, es la posibilidad que aporta el proceso empleado para la transformación de grasas sin producir jabones (muy común en otros procesos), de modo que permite obtener biodiésel y glicerina como subproducto”.

Asimismo, otra de las ventajas del proceso empleado es la posibilidad de eliminar etapas previas, reducir el agua como subproducto, evitar la producción de efluentes contaminantes y conseguir un rendimiento superior al 99%.

En este sentido, representantes de la Comisión Europea y de otras entidades participantes en el proyecto, como AIJU, Moeve, IMDEA, INESCOP, ITQ-CSIC y la Universidad de Murcia, han visitado la planta piloto del proyecto, ubicada en las instalaciones de Organovac en Lorca, con el objetivo de conocerla y observarla en funcionamiento, así como el flujo sinergético de esta.

Validación y replicabilidad industrial

Una vez obtenido el biodiésel, Moeve, como socio del proyecto, es el encargado de realizar los ensayos y evaluar los resultados en motores de combustión que determinarán su viabilidad, con el fin de escalar el proceso a nivel industrial.

En este sentido, cabe destacar que, en las pruebas previas realizadas a escala laboratorio, el biodiésel obtenido se han mostrado como apto para su uso en motores tradicionales, que no requerirían modificación.

En este sentido Marta Bregua, técnico de Innovación responsable del proyecto en Moeve, establece que el proyecto Life Superbiodiesel permitirá “establecer las bases para verificar la viabilidad del proceso y su potencial escalado en el ámbito de la industria energética”.

Por su parte desde Organovac, Alberto Molina, CEO de la empresa, incide en “la gran oportunidad de disponer de esta planta en nuestras instalaciones, donde 70 toneladas de residuos tienen una utilidad para producir 5 toneladas de biodiésel obtenido mediante un proceso más sostenible, reduciendo el uso de un bien tan escaso como es el agua y eliminando la glicerina como subproducto”.

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