El proyecto WHEYPACK permitirá a la industria quesera aprovechar el suero de leche –un residuo del que solo en Europa se generan 75 millones de toneladas– para fabricar nuevos envases biodegradables adaptados a las necesidades de sus productos.
Un equipo de investigadores ha logrado el primer material bioplástico a partir del excedente de suero de leche procedente de la elaboración del queso. En concreto, se trata de Polihidroxibutirato (PHB), obtenido mediante un bioproceso fermentativo del suero de leche, un subproducto procedente de la industria quesera.
El proyecto europeo WHEYPACK tiene como objetivo dar respuesta a una de las preocupaciones actuales del sector lácteo: qué hacer con los excedentes de suero derivados de la elaboración del queso. De este modo, este proyecto de economía circular promueve que el propio generador del residuo, la industria quesera, pueda conseguir un beneficio mediante la valorización de este subproducto en un nuevo envase de PHB, adaptado además a las necesidades de sus productos.
El material PHB obtenido del suero excedente de una empresa quesera española sustituirá al plástico tradicional en la fabricación de envases para productos lácteos, logrando así el principal objetivo del proyecto WHEYPACK: conseguir envases a partir de materiales 100% biodegradables, que permitan un menor impacto medioambiental, que cumplan las funciones de protección del producto y que, además sean viables económicamente.
Este proyecto europeo, que tiene una duración de dos años y medio y está financiado por el programa LIFE, está liderado por AINIA centro tecnológico y cuenta con la participación de la empresa Central Quesera Montesinos (España), el centro tecnológico AIMPLAS (España) y la empresa de envases EMBALNOR (Portugal).
Envases más sostenibles
El Polihidroxibutirato (PHB) es un biopolímero completamente biodegradable que se obtiene a partir de procesos de fermentación por microrganismos. La mayoría de los plásticos comerciales son polímeros sintéticos derivados de la petroquímica, y de muy difícil biodegradación, por lo que el uso de bioplásticos como el PHB, biodegradables y además procedente de fuentes renovables (bio-based), supone un importante avance para conseguir envases más sostenibles, ya que necesitan menos recursos energéticos y agua para su fabricación.
Primeros resultados
Para lograr este bioplástico, en primer lugar, se identificaron los distintos tipos de sueros, procedentes de Central Lechera Montensinos, que se producen en la elaboración de las diferentes variedades de quesos, y se seleccionaron aquellos que mejores aptitudes presentaban como medios de cultivo para microorganismos.
De este modo, a través de la aplicación de tecnologías de bioproducción, el equipo de investigadores de AINIA ha obtenido PHB (material bioplástico). El PHB conseguido se ha aditivado para mejorar sus propiedades y actualmente se está trabajando en el diseño y desarrollo del envase final con este material bioplástico aditivado; un envase que contará con las mismas características de un envase de plástico tradicional, pero con una huella de carbono menor que la que genera el actual proceso para la producción de plásticos derivados del petróleo.
El suero de leche, procedente del procesamiento de leche y queso, constituye un abundante excedente para la industria láctea europea. Sólo en Europa se estima que se producen anualmente 75 millones de toneladas de suero de leche procedente de los fabricantes de queso. Aunque parte de este subproducto vuelve nuevamente a la cadena alimentaria para la realización de otros productos lácteos, cerca del 40% del suero es desechado y gestionado como residuo en las industrias alimentarias.
Esta gran cantidad de excedente ocasiona un problema de desperdicio para las empresas del sector. Con este proyecto, la industria quesera puede obtener un beneficio de sus propios residuos, mediante la obtención de envases diseñados a la medida de sus necesidades y que, además le resulten rentables económicamente.