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Es posible aliviar el impacto económico del regreso a las aulas y, al mismo tiempo, cuidar el medio ambiente, con sencillos gestos vinculados al principio de las tres erres: reducción, reutilización y reciclaje.
Finalizadas las vacaciones de verano, llega la vuelta al cole de los pequeños y jóvenes de la casa. Para hacer un poco más llevadero el retorno a las aulas, minimizar el impacto en el bolsillo de los hogares y proteger el medio ambiente, es importante la planificación previa y una evaluación minuciosa de las medidas a poner en marcha, evitando así el uso desmedido de recursos. Pensar en clave “R” constituye el primer mandamiento a seguir, toda vez que la reducción, la reutilización y el reciclaje pueden resultar de gran ayuda. Sogama propone unos sencillos consejos:
- Revisar armarios y cajones para aprovechar todo lo que pueda tener utilidad y, a partir de ahí, elaborar una lista de artículos a adquirir que sean realmente necesarios.
- Indagar en la posibilidad de reutilizar uniformes de otros niños/as y, de no ser viable, aprovechar las ofertas y descuentos. Comparar calidad y precios.
- Recuperar libros de texto usados. El mercado de segunda mano puede resultar de utilidad, dando la oportunidad de adquirirlos a precios muy asequibles.
- Priorizar la compra de material ecológico duradero, libre de tóxicos y, por tanto, menos peligroso para los pequeños y más respetuoso con el entorno.
- Optar por el papel reciclado, bolígrafos recargables y calculadoras solares.
- Un curso nuevo no significa mochila nueva. Con un poco de destreza y creatividad, la vieja se puede arreglar y modernizar.
- Para la merienda o tentempié de media mañana, apostar por envoltorios reutilizables, la bolsita de tela de toda la vida o bien el tupper.
- Nada mejor que productos sanos para una alimentación equilibrada. Fuera la bollería industrial y sus múltiples envases plásticos individuales de usar y tirar.
- Para los desplazamientos, prescindir del coche particular siempre que sea posible. Caminar, utilizar el transporte público o compartir vehículo con otras familias constituyen las mejores alternativas.
- Y que no falte la práctica de las tres erres en todo momento: reducir, reutilizar y reciclar.
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