El precio y la desconfianza en la veracidad de la información ecosocial ofrecida por los fabricantes son las principales barreras para un consumo sostenible, según refleja un estudio de ClicKoala.
La confianza en los sellos que certifican productos ecológicos ha disminuido significativamente entre los consumidores españoles, pasando del 55% en 2019 al 46% en 2023. Esta caída se atribuye en gran medida a la sobreabundancia de etiquetas y a la proliferación de información ambiental confusa.
La mayoría de los ciudadanos no conocen bien estas certificaciones, y quienes las conocen suelen interpretarlas de manera genérica, sin poder diferenciar entre las que tienen un impacto real y las que son simplemente greenwashing. Esto ha generado una creciente sensación de desinformación y desconfianza entre los consumidores.
Este es uno de los hallazgos de la 5ª ola del Estudio sobre el Consumo Sostenible en España, elaborado por ClicKoala en colaboración con el Grupo de Investigación en Psicología Ambiental de la Universidad de Castilla – La Mancha, en el que se han entrevistado a más de 12.000 personas representativas de la población española durante los últimos cinco años.
Desconfianza en la Información Ecosocial
Uno de los hallazgos más destacados del estudio es que el precio sigue siendo un factor determinante en las decisiones de compra, representando entre el 39% y el 47% del peso total de la influencia de compra de un producto. Aunque la mayoría de los españoles expresan una conciencia ambiental y una preferencia por productos sostenibles —un 72% de la ciudadanía afirma que las certificaciones ecosociales influyen positivamente en sus compras—, los hábitos de consumo relacionados con la sostenibilidad se han mantenido estables en los últimos años y siguen siendo minoritarios. Este fenómeno se explica en gran parte por la persistencia de barreras como el precio y la creciente desconfianza en la veracidad de la información ecosocial.
Nueva Regulación sobre etiquetado
Para fomentar un consumo más consciente y sostenible, es crucial mejorar la transparencia y la comprensión de las certificaciones ecológicas. La nueva legislación de la Unión Europea, que limita el uso de términos genéricos como «sostenible» o «ecológico» y exige verificaciones científicas, representa una oportunidad para restaurar la confianza de los consumidores.
Sin embargo, también presenta desafíos en términos de simplificación y comunicación efectiva. Los consumidores podrían experimentar confusión y frustración al intentar comparar productos con expresiones específicas que no conocen bien. Por ejemplo, términos como “compensamos el 25% del agua que usamos en la elaboración de nuestro producto” o “compostable en compostadora industrial en 6 meses” pueden ser difíciles de interpretar y comparar.
El estudio concluye que es esencial crear un entorno donde la información ecosocial sea clara y accesible para todos los consumidores. La colaboración entre la ciencia, las empresas y la ciudadanía es crucial para construir un «triángulo virtuoso» que facilite el consumo consciente.