Las medidas de contención implantadas en el proyecto son bastante sencillas y su efectividad ya ha sido evaluada por un estudio realizado por Ecoloop.
En España se generan unas 300.000 toneladas de neumáticos fuera de uso por año, de ellas, cerca de 75.000 toneladas se destinan a rellenos de campos de fútbol de césped artificial.
En estos momentos la Comisión Europea está estudiando una regulación que restringe el uso de microplásticos añadidos de manera intencionada al medio ambiente. Dentro de las posibles restricciones se encuentra la aplicación del caucho reciclado procedente del neumático, dado que la partícula añadida a los campos de césped artificial tiene un tamaño entre 0,8 y 2,5 mm.
Para conocer el impacto que tendrían las medidas aplicadas en los propios campos de césped artificial con objeto de reducir la liberación de este tipo de material, SIGNUS, en colaboración con el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV), ha puesto en marcha un proyecto que consiste en la monitorización de un campo de fútbol de césped artificial para evaluar la efectividad de las medidas de contención, recogidas en la norma europea CEN/TR 17519, que evitan la liberación de microplásticos al medio ambiente.
Para el estudio se ha seleccionado el campo de fútbol 11 federado del Carreira Club de Fútbol, en el municipio de Ribeira (A Coruña), por estar expuesto a una climatología intensa de lluvia. Las medidas de contención son bastante sencillas y su efectividad ya ha sido evaluada por un estudio realizado por Ecoloop (97%). Estas consisten en filtros en el sistema de recogida de agua de lluvia y agua de riego del campo; instalar una barrera a lo largo de todo el perímetro del campo, así como un sistema de limpieza de botas a la entrada-salida del terreno de juego y, finalmente, la colocación de contenedores en los vestuarios para concienciar a los jugadores de la importancia de recoger las partículas que puedan depositarse en sus botas y ropa.
En el análisis del material recogido en cada una de ellas, se ha identificado una nueva fuente de microplásticos procedentes del propio césped, que consiste en partículas de polietileno procedentes del filamento verde, hasta ahora no tenida en cuenta y que aparece en un porcentaje del 18% sobre el total de los microplásticos recogidos en las medidas de contención (valor total medio de 350 g/mes por campo).
Estos resultados ponen de manifiesto la necesidad de implementar medidas de contención en todos los campos de fútbol de césped artificial para evitar no sólo la liberación de microplásticos añadidos de forma intencionada al medio ambiente, como sería el caso de los gránulos de caucho reciclado, sino también aquellos que se generan de forma no intencionada debido al uso del campo, como sería el caso del polietileno que simula el césped.