La organización acoge con satisfacción la hoja de ruta de la Comisión Europea sobre la certificación de la eliminación de carbono y destaca el potencial del sector de la conversión de residuos en energía para contribuir a los esfuerzos de descarbonización.
La certificación de la eliminación de carbono por parte de la Comisión Europea es un primer paso para la aplicación con éxito en Europa de las tecnologías de captura, almacenamiento y uso de carbono (CCUS, por sus siglas en ingés). Las especificidades de todos los sectores, incluido el de la conversión de residuos en energía, deben tenerse en cuenta para garantizar la consecución de los objetivos de neutralidad de carbono para 2050.
En el caso de la valorización energética de residuos, la integración de la CCUS supondría un paso importante hacia la descarbonización. Según el último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), la captura y el almacenamiento permanente de CO2 biogénico pueden «permitir que los residuos sean una fuente de energía de emisiones netas cero o incluso negativas».
Aunque los proyectos del sector en este campo -por ejemplo en Oslo (Noruega) y Copenhague (Dinamarca)- se han desarrollado a un ritmo rápido en los últimos años, lo que demuestra que la tecnología está madura, todavía falta una regulación exhaustiva a nivel de la UE para aplicar con éxito la CCUS en las plantas de valorización energética de residuos.
Para que el sector de la conversión de residuos en energía pueda contribuir plenamente a los esfuerzos de descarbonización de la UE, la ESWET, organización que agrupa a los proveedores de tecnología de este sector, pide que la certificación de la eliminación de carbono:
- Establezca un marco legislativo claro y sin contradicciones con otros instrumentos de descarbonización.
- Facilite el acceso a la financiación de la UE para que la conversión de residuos en energía integre la captura de carbono, especialmente para las plantas a gran escala.
- Proporcione argumentos comerciales e incentivos financieros para la eliminación de CO2 fósil y biogénico.
«Un sistema de certificación sólido también permitirá el desarrollo de toda la cadena de valor, incluyendo el transporte, el almacenamiento y la utilización del carbono. De hecho, dado que se necesita más apoyo financiero para garantizar el despliegue a gran escala de la infraestructura en Europa y asegurar la eficacia de las eliminaciones de carbono, una regulación clara proporcionará visibilidad a los inversores y facilitará nuevos proyectos», afirma la organización en un comunicado.
«Las plantas de conversión de residuos en energía ya actúan como sumideros de carbono al proporcionar calor y electricidad, desviando los residuos de los vertederos y recuperando metales y minerales de las cenizas de fondo de la incineración», añade ESWWT.
La organización recuerda además que, debido a la composición heterogénea de los residuos no reciclables tratados, cerca del 50% de las emisiones emitidas por las plantas son de origen biogénico, es decir, procedentes de la biomasa. «La integración de la CCUS permitirá que estas plantas se conviertan en emisores negativos de carbono», concluye.