El nuevo envase, que la empresa probará en ocho países europeos, está fabricado con una cubierta exterior de fibra y un revestimiento de polímero PEF de origen vegetal.
En su mayor proyecto piloto hasta la fecha, el Grupo Carlsberg probará su nueva botella de fibra, poniendo por primera vez en manos de los consumidores una botella de cerveza de base biológica y totalmente reciclable.
El proyecto piloto permitirá probar 8.000 botellas de fibra en ocho mercados de Europa Occidental: Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia, Reino Unido, Polonia, Alemania y Francia. Las botellas se distribuirán en determinados festivales y eventos emblemáticos, y también como muestras de productos.
Las pruebas a esta escala darán a Carlsberg la oportunidad de recabar opiniones sobre las experiencias de la gente con el producto, que servirán de base para la próxima generación de diseños.
Un hito importante de la botella de fibra es su revestimiento de polímero PEF de origen vegetal, desarrollado por Avantium, socio de Carlsberg y experto en química renovable. El PEF está fabricado íntegramente con materias primas naturales, es compatible con los sistemas de reciclaje de plásticos y puede degradarse en la naturaleza en caso de que acabe fuera de los flujos de reciclaje.
Más allá de sus ventajas de envasado sostenible, el PEF funciona como una barrera muy eficaz entre la cerveza y la cubierta exterior de fibra, protegiendo el sabor y la efervescencia de la cerveza mejor que el plástico PET convencional. La cubierta exterior de la botella, producida por la empresa de envases Paboco, está compuesta por fibra de madera de origen sostenible y biológico. Este revestimiento tiene la ventaja añadida de sus propiedades aislantes, que pueden ayudar a mantener la cerveza más fría durante más tiempo, en comparación con las latas o las botellas de vidrio.
Stephane Munch, vicepresidente de Desarrollo del Grupo Carlsberg, afirma que «este piloto servirá para probar la producción, el rendimiento y el reciclaje de este producto a escala».
La botella es 100% de base biológica, aparte del tapón, que actualmente es necesario para garantizar la calidad del producto, y juntos, la botella y el tapón, son totalmente reciclables. De cara al futuro, Carlsberg y sus socios están explorando tapones alternativos basados en fibra, con una solución genérica prevista para 2023. Carlsberg continuará el desarrollo, junto con Avantium y Paboco, para llegar a una solución a medida que sea igualmente adecuada para los envases primarios de cerveza, utilizando los comentarios de los consumidores de este año y los desarrollos de Paboco.
Menor huella de carbono que las botellas de vidrio no retornables
La nueva botella de fibra ya tiene mejores resultados que la botella de vidrio de un solo uso en la evaluación del ciclo de vida del producto, y Carlsberg tiene ambiciones aún mayores para el posterior diseño, que denomina Generación 3.0. Su objetivo es que la botella de fibra consiga hasta un 80% menos de emisiones que las actuales botellas de vidrio de un solo uso.
Así, por cada botella de vidrio de un solo uso creada, podrían crearse cinco botellas de fibra con la misma huella de carbono.
En última instancia, Carlsberg pretende que la botella de fibra logre la misma baja huella de carbono que la botella de vidrio rellenable, que actualmente es el envase primario con mejor rendimiento cuando se recoge y reutiliza en sistemas eficientes. Cuando la botella de fibra se comercialice a gran escala, ampliará las posibilidades de elección de los consumidores y complementará -que no sustituirá- los envases existentes, como las botellas de vidrio y las latas.
Con un enfoque continuo en la evolución de la tecnología y las prácticas sostenibles, la botella también contiene cerveza elaborada con cebada orgánica y regenerativa.