Estas ayudas se financiarán gracias al canon que pagan los municipios por el envío de residuos a los vertederos o las incineradoras.
La Agencia de Residuos de Cataluña (ARC) ha resuelto otorgar 2.013.010 euros en ayudas a 115 entidades locales y tres grandes productores para proyectos de recogida selectiva de la fracción orgánica de los residuos. La mayoría de los proyectos están orientados a la mejora de la recogida selectiva de estos biorresiduos, al diagnóstico del estado de la recogida y a la realización de planes de actuación, así como al autocompostaje como vía de gestión exclusiva.
El presupuesto de estas ayudas procede mayoritariamente del retorno del canon sobre disposición del rechazo de los residuos municipales. Es decir, del gravamen que pagan los municipios por la cantidad de fracción resto -la que no se separa- que envían a los vertederos o a incinarar. En 2017, el canon fue de 30 euros por toneladas destinada a depósitos controlados y de 14,5 euros por tonelada de residuos enviados a su valorización energética.
gracias a este impuesto ecológico, se incentiva un comportamiento más respetuoso con el medio ambiente -el fomento de la separación- y se impulsan medidas de minimización y de valorización material de los residuos. En esta convocatoria se premia a las entidades locales que han desarrollado actuaciones para favorecer un mejor tratamiento y recogida de la fracción orgánica de los residuos municipales.
El servicio de recogida de materia orgánica se presta actualmente en 781 municipios catalanes, 136 de los cuales lo hacen mediante el sistema puerta a puerta.
El 36% en peso de los residuos
La orgánica, con el 36% en peso, es la fracción más importante de los residuos municipales. La que se recoge selectivamente representa en la actualidad el 30% del total de los residuos orgánicos que se producen en Cataluña, y un 10% del total de los residuos municipales generados.
Los últimos datos disponibles, correspondientes al año 2016, indican que la recogida selectiva bruta de la materia orgánica fue de 371.697 toneladas – un 0,24% inferior a 2015- y que se ha estancado desde 2012. El objetivo es que en el año 2020 el 60% en peso de los residuos orgánicos se puedan valorizar.
La materia orgánica está constituida fundamentalmente por restos de comida y residuos vegetales de pequeñas dimensiones que pueden ser recogidos selectivamente y son susceptibles de degradarse biológicamente para transformarse en recursos, tanto materiales -compost- como energéticos -biogás-.
Una gestión apropiada de esta fracción contribuye a la mejora de diversos retos ambientales, como el aprovechamiento de recursos, la protección del suelo, la lucha contra el cambio climático, la generación de puestos de trabajo en el sector ambiental y el impulso de la economía circular.