En el marco de la campaña ‘Mi regla, mis reglas’, en la que colabora la agencia catalana de residuos, se entregarán 1.200 kits de productos para la menstruación reutilizables entre 24 centros educativos, y el próximo año la iniciativa llegará al resto.
La primera fase del Plan de Equidad Menstrual de Cataluña se inicia esta semana con el proyecto ‘Mi regla, mis reglas’, que distribuirá productos menstruales reutilizables y medioambientalmente sostenibles (copa, bragas y compresas) a más de 1.200 alumnas de tercero ESO de 24 centros educativos. El reparto irá acompañado de sesiones formativas sobre educación menstrual llevadas a cabo por comadronas, en el marco del Programa Coeduca’t, en las que se explicará el funcionamiento de los productos y se acompañará a más de 2.600 jóvenes en el conocimiento del propio cuerpo y del ciclo menstrual.
El reparto de productos menstruales reutilizables y las sesiones de educación menstrual llegarán, durante el próximo curso escolar, al resto de centros educativos de secundaria de Cataluña. El Plan quiere garantizar la equidad menstrual, entendida como la garantía de acceso a los productos menstruales que elija cada persona, poniendo a su alcance aquellos que sean reutilizables y medioambientalmente sostenibles, así como toda la información sobre la menstruación que le permita tomar decisiones en relación con su cuerpo y su salud menstrual, rompiendo con los tabúes y los estigmas.
Enmarcado en la Estrategia Nacional de Derechos Sexuales y Reproductivos, el proyecto ‘Mi regla, mis reglas’ está liderado e impulsado por la Conselleria de Igualdad y Feminismos, y cuenta con la implicación de la Agència de Residus de Catalunya, la consejería Educación y la consejería de Salud.
Reducción de residuos
Tan sólo en Cataluña, en un año cualquiera, se producen alrededor de 9.000 toneladas de productos menstruales no reutilizables, que suponen unos 750 millones de productos desechables. El uso de productos menstruales reutilizables disminuye considerablemente la generación de residuos. Una persona menstruante a lo largo de su vida fértil genera aproximadamente 180 kg de residuos. Por el contrario, si utiliza compresas reutilizables genera sólo 2,4 kg de residuos. El 90% de una compresa convencional y el 6% de un tampón es plástico. Se ha calculado que un paquete de compresas contiene la cantidad de plástico equivalente a 5 bolsas de la compra.
La huella de carbono asociada a productos menstruales desechables que utiliza una persona en un año es de 5,3 kg de CO2. Esto significa que la media anual de consumo en Cataluña de aproximadamente 752 millones de productos menstruales desechables, equivale a 9 toneladas de CO2.
Aparte de la cantidad de residuos que generan estos productos, también es un problema su composición porque dificulta mucho su reciclaje. De tal forma que los residuos de los productos menstruales son arrojados habitualmente a la fracción resto, destinada a vertedero o incineradora, en ocasiones terminan también abandonados en el medio ambiente. En este contexto, se ha calculado que una compresa convencional podría tardar en descomponerse unos 500 años. Una evidencia de que muchos de estos residuos se tiran al medio es que los tampones y las compresas se encuentran en el top 10 de plásticos desechables recogidos en playas y superficies marinas.