Según un estudio elaborado por el Instituto Cerdà, las cementeras españolas reciclaron materialmente más de 1,51 millones de residuos y valorizaron energéticamente casi 750.000 toneladas.
El reciclado material y la valorización energética de residuos en fábricas de cemento españolas evitaron en 2015 el vertido de 2,3 millones de toneladas de residuos, según la última actualización del informe sobre “Reciclado y valorización de residuos en la industria cementera en España”, elaborado por el Instituto Cerdà y presentado la semana pasada en Barcelona por la Fundación Laboral del Cemento y el Medio Ambiente (CEMA).
En concreto, las cementeras españolas reciclaron 1,51 millones de toneladas de residuos como materias primas alternativas, principalmente en la preparación del “crudo” o como aditivo en la fabricación de cemento. Estos residuos son sobre todo residuos industriales como cenizas, escorias o yesos.
Por otro lado, de las 33 fábricas de cemento existentes en España, 29 están autorizadas para el empleo de combustibles preparados a partir de residuos (biomasa, neumáticos, residuos urbanos, textiles, etc.). En 2015, la industria cementera española recuperó energéticamente 749.372 toneladas de residuos, evitándose así la emisión a la atmósfera de 705.000 t de CO2 equivalente, un volumen similar al que capturan anualmente 141.000 hectáreas arboladas.
El porcentaje de sustitución energética —de combustibles fósiles por residuos— en las cementeras españolas alcanza así el 23,4%, muy alejado aún del de otros países europeos como Austria (75,1%), Alemania (64,6%) o Bélgica (50%).
Tasas al vertido
Por primera vez, el estudio realiza un análisis comparativo detallado de los costes de gestión de residuos municipales en vertedero, tanto por comunidades autónomas, como por países europeos. En este sentido, España, con un coste medio de 46,2 euros por tonelada “está aún muy alejada de otros países de nuestro entorno como Bélgica, Dinamarca, Alemania, Suecia o Austria, en los que prácticamente han desaparecido los vertederos y cuyas tasas de vertido duplican o incluso triplican los españoles”, explicó el director gerente de la Fundación Cema, Dimas Vallina, durante el acto de presentación.
“La implantación de tasas disuasorias al depósito de residuos en vertedero es la vía más efectiva para mejorar las tasas de reciclado y para convertir los residuos no reciclables en recursos, en línea con las políticas de economía circular de la UE. No debemos olvidar que la fermentación de la materia orgánica produce metano, un gas 25 veces más nocivo que el del CO2 en el avance del calentamiento global”, añadió.
La Comunicación de la Comisión Europea sobre economía circular, presentada a la lo largo de la jornada por parte de un ponente de la Comisión, dice textualmente que “cuando no se pueden evitar o reciclar los residuos, en la mayoría de los casos y tanto desde el punto de vista medioambiental como económico, es preferible recuperar su contenido energético en vez de depositarlos en vertederos”. Y desde CEMA aseguran que la industria cementera “juega un papel clave en ese nuevo paradigma de la economía circular, aprovechando el poder calorífico de residuos no reciclables”.
La jornada, clausurada por el secretario general de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Catalunya, Ferran Falcó i Isern, contó con la participación, entre otros, de la directora de Comunicación de Cembureau (Asociación Europea de Fabricantes de Cemento), Jessica Johnson, que explicó las barreras y oportunidades existentes en diferentes países de la UE a la recuperación energética de residuos, y del director del área de medio ambiente del Instituto Cerdà, Miguel Hernández.