Investigadores afirman que para que el reciclado pueda contribuir a atajar la crisis de contaminación de los plásticos, la industria debe limitar las sustancias químicas peligrosas que incorporan los productos de plástico.
En un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), en el que examinaron los gránulos de plástico reciclado recogidos en 13 países, encontraron cientos de sustancias químicas tóxicas, incluidos pesticidas y productos farmacéuticos. Por ello, han alertado de que los plásticos reciclados no son aptos para la mayoría de los usos y suponen un obstáculo en los intentos de crear una economía circular.
Cuando Nairobi (Kenia) acoge la reunión de la tercera sesión del Comité Intergubernamental de Negociación del Tratado sobre los Plásticos (INC-3). Los responsables de la investigación instan a los delegados a que presten atención a los últimos datos científicos que demuestran que, dado que para fabricar todos los plásticos se utilizan sustancias químicas tóxicas y que los plásticos absorben otras sustancias químicas durante su uso, no existen plásticos que puedan considerarse seguros o circulares.
«El reciclado de plásticos se ha promocionado como solución a la crisis de contaminación por plásticos, pero las sustancias químicas tóxicas de los plásticos complican su reutilización y eliminación y dificultan el reciclado», afirma la profesora de la Universidad de Gotemburgo Bethanie Carney Almroth, quien ha dirigido el estudio, publicado recientemente en Data in Brief.
La investigación descubrió que los gránulos de plástico procedentes de plantas de reciclado de plásticos de 13 países diferentes de África, Sudamérica, Asia y Europa del Este contenían cientos de sustancias químicas, entre ellas numerosos pesticidas altamente tóxicos.
En total, se detectaron y cuantificaron 491 compuestos orgánicos en los gránulos, y se anotaron provisionalmente otros 170 compuestos. Estos compuestos abarcan varias clases, incluidos pesticidas, productos farmacéuticos, productos químicos industriales y aditivos plásticos.
Más de 13.000 sustancias químicas
Existen pocas normativas sobre sustancias químicas en los plásticos, y el comercio internacional de residuos plásticos complica esta cuestión.
En una carta publicada este mes en la revista Science, investigadores de la Universidad de Gotemburgo, la International Pollutants Elimination Network (IPEN), la Universidad de Aarhus (Dinamarca) y la Universidad de Exeter (Reino Unido) señalan que «las sustancias químicas peligrosas presentan riesgos para los trabajadores y consumidores del reciclado, así como para la sociedad y el medio ambiente en general. Antes de que el reciclado pueda contribuir a atajar la crisis de contaminación de los plásticos, la industria del plástico debe limitar las sustancias químicas peligrosas». Más de 13.000 sustancias químicas se utilizan en los plásticos, de las cuales el 25% están clasificadas como peligrosas. Los científicos afirman que «ningún producto químico del plástico [puede] clasificarse como seguro».
La profesora Bethanie Carney Almroth aporta un mensaje claro al respecto: «Numerosos estudios demuestran que las sustancias químicas peligrosas pueden acumularse incluso en sistemas de reciclado de plástico relativamente cerrados. Necesitamos eliminar rápidamente las sustancias químicas del plástico que pueden causar daños a la salud humana y al medio ambiente.»
Los envases de plástico, que se utilizan en el día a día para llevar comida al trabajo, o almacenarla en casa, incluyen en su composición elementos peligrosos para la salud como los ftalatos, el bisfenol A (BPA) o los PCBs.
Cuando calentamos el envase o introducimos alimentos calientes, o simplemente por su uso a lo largo del tiempo, desprenden estas toxinas o partículas perjudiciales, que acabamos ingiriendo junto con los alimentos.
El vidrio es el material más inocuo y una de las mejores alternativas frente al plástico. También puedes utilizar envases de otros materiales más ecológicos, como el acero inoxidable, la silicona o el bambú, entre otros.
A diferencia de los envases de plástico, el vidrio no altera el sabor de los alimentos ni desprende sustancias tóxicas, además puedes calentarlo en el microondas si te llevas la comida al trabajo.