La auditoría de marca de Break Free From Plastic analiza los residuos recogidos en acciones de limpieza en todo el mundo para identificar a las compañías responsables y refleja que los compromisos voluntarios de las empresas son insuficientes para frenar la contaminación plástica.
Por quinto año consecutivo, Coca-Cola Company, PepsiCo y Nestlé vuelven a situarse en el ranking de las corporaciones que más contaminación generan con sus envases de plástico, según la última auditoría de marca realizada a nivel mundial por Break Free From Plastic. Unilever y Mondelez International completan el top 5 del ranking.
La auditoría de marca de 2022 analiza datos científicos de cinco años de actividades ciudadanas de recolección de basura y expone cómo los compromisos voluntarios de estas corporaciones no están reduciendo de manera efectiva los graves impactos medioambientales que provocan. Como respuesta ante esta situación, activistas en todo el mundo están pidiendo un Tratado Global sobre el Plástico que pueda ofrecer mecanismos legalmente vinculables y políticas de exigido cumplimiento que reduzcan de manera efectiva la cantidad del plástico no solo que producen, sino también que utilizan las corporaciones.
Desde 2018, más de 200.000 voluntarios en 87 países y territorios han llevado a cabo limpiezas o actividades de recolección de basura y auditorías de marca para identificar cuáles son las corporaciones que más contaminan con sus envases de plástico. En el transcurso de cinco años, se recogieron más envases con la marca de Coca-Cola Company que de las otras dos corporaciones que siguen en el ranking. Este año las auditorías de marca encontraron más de 31.000 productos con la marca de Coca-Cola, lo que duplica el número de productos de Coca-Cola que se encontraron en 2018.
Estos hallazgos se revelan en un momento en el cual la compañía más con más residuos plásticos es patrocinadora de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático COP27 en Egipto. Puesto que el 99% del plástico procede de los combustibles fósiles, el papel de Coca-Cola en COP27 desconcierta a los activistas medioambientales.
En respuesta a la falta de acción corporativa, activistas de todo el mundo están conmemorando el quinto aniversario de recogida de basura, o “Trashiversary”, enviando por correo o entregando a las corporaciones responsables su propia basura y pidiéndoles que emprendan acciones urgentes. Estas acciones irán dirigidas a Coca-Cola en Argentina, Bangladesh, Brasil, la República Democrática del Congo, Kenia, Nigeria, Sudáfrica, Tanzania, Togo, Uganda, los Estados Unidos y Zambia; Unilever en Indonesia, el Reino Unido y Sudáfrica; y PepsiCo en India y Tanzania.
En 2018, el mismo año en que comenzaron los esfuerzos de las auditorías de marca, la fundación de Ellen MacArthur y el Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente lanzaron el Compromiso Global por la Nueva Economía del Plástico. Este programa se centró en un conjunto de compromisos voluntarios para abordar la contaminación por plástico generada por las compañías de bienes de consumo, entre las que se incluyen la mayoría de las corporaciones que más contaminación generan. Sin embargo, el Informe de Progreso sobre un Compromiso Global de 2022 reveló que los objetivos para 2025 no se cumplirían “casi con certeza total”. En muchas de estas compañías, de hecho, el uso de envases de plástico ha incrementado desde que se unieron a ese compromiso global, lo que expone cómo las acciones voluntarias no están conduciendo a ningún tipo de impacto significativo en la reducción del plástico.
Considerando los compromisos voluntarios fallidos de muchas de las principales compañías que más contaminación generan con sus envases de plástico, el Movimiento de Break Free From Plastic hace un llamamiento a favor de un Tratado Global sobre el Plástico que sea ambicioso y legalmente vinculante. La primera reunión de negociación de este tratado tendrá lugar en Punta Del Este, Uruguay, a finales de mes.
Von Hernandez, coordinador global de Break Free From Plastic, explica que “en vez de permitir que compañías como Coca-Cola puedan hacer un ecolavado de su imagen, los gobiernos necesitan obligar a las empresas que contaminan a invertir en sistemas de reutilización y de entrega de producto alternativos para evitar el problema en primer lugar. Este es uno de los cambios sistémicos esenciales requerido para poder evitar las consecuencias íntegras del cambio climático y la contaminación por plástico. Los gobiernos de todo el mundo tienen ahora la justificación y la oportunidad de abordar de manera efectiva y revertir la crisis provocada por la contaminación por el plástico alcanzando un Tratado Global sobre el Plástico que reduzca la producción de plástico, que haga que las empresas se responsabilicen de la contaminación que producen y que generalice las alternativas basadas en la reutilización”.