En Europa se generan anualmente una media de 19 millones de toneladas de residuos de colchones, de los que la mayoría acaban en vertederos, dado que apenas existen procesos de reciclaje para estos objetos en desuso.
En España se generan anualmente 30.000 toneladas de colchones en desuso, de los que un 60% acaban en los vertederos. Solo en el área metropolitana de Valencia, según datos la Entidad Metropolitana para el Tratamiento de Residuos, el año pasado se recogieron medio millón de colchones y unas 50.000 unidades de sofás y sillones de oficina, mientras que en el Consorcio Valencia Interior se tratan unas 245 toneladas anuales, con un coste por tonelada gestionada de 350 euros.
Son algunas de las cifras que se expusieron la semana pasada en la jornada técnica “El sector del colchón en la nueva economía circular. Proyecto URBANREC”, celebrada en la Feria Hábitat Valencia. Legislar para fomentar el uso de material reciclado en la fabricación o concienciar al consumidor sobre la necesidad de apostar por los productos reciclados fueron algunas de las principales conclusiones del encuentro.
Uno de los principales desafíos es el reciclaje de las espumas de poliuretano, “tan fáciles de manipular como difíciles de reciclar”
Algo similar a lo que se ha hecho con las bolsas de plástico, que ya llevan hasta un 70% del material reciclado, o en la moda “donde por la presión social se incorporó hace más de una década material reciclado en la confección de productos, que no por ello son más baratos ya que el reciclado lleva un proceso que encarece”, apuntó Antonio Manuel Ferreira, representante de la textil portuguesa, Matías Araujo.
La jornada, organizada por el fabricante valenciano, Grupo Delax, que lidera la introducción de la economía circular en la industria del colchón en el proyecto europeo Urbanrec, reunió a especialistas de la industria del descanso, textil, gestión de residuos, consumo y ecodiseño de España, Portugal y Bélgica, quienes expusieron sus experiencias ante un necesario cambio que introduzca la materia prima usada en nuevos procesos productivos.
La administración, los fabricantes y los consumidores son claves para implantar un nuevo modelo más sostenible, indicaron, ya que cada año llegan al mercado 1,5 millones de colchones. El de la sostenibilidad es un objetivo que comparte Urbanrec, un proyecto europeo coordinado por el Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas), que busca “implementar soluciones para hacer una ruta global que acabe con los residuos voluminosos”, explicó Anabel Crespo, técnico del Instituto.
Se trata de convertir los más de 19 millones de toneladas de estos residuos que se generan en Europa -y que acaban mayoritariamente en vertederos– en materia prima para la industria.
Colchones con un 90% de material reciclado
Por eso, entre los retos de Urbanrec para evitar la acumulación de estos residuos, se propuso fabricar un colchón “que tuviera más del 90% de material procedente de colchones en desuso”, algo que consiguió Delax el pasado mes de febrero en sus instalaciones de L’Alcudia (Valencia). Entre las mayores dificultades encontradas en el proceso destaca el reciclaje del poliuretano, las espumas, “que son tan versátiles y fáciles de manipular como difíciles de reciclar”, explicó el director de innovación de la empresa Tomás Zamora.
El proyecto es un ejemplo de innovación de pymes al colaborar otras dos firmas -Blueplasma Power, de Castellón, y Ecofrag, de Ontenient (Valencia)- en el triturado y transformación de materiales, y dos entidades responsables de la gestión de residuos -Consorcio Valencia Interior y Diputación de Valencia-, además de Aimplas. El resultado fue un colchón elaborado con un nuevo material de alta calidad “que incluso mejora las características del poliuretano en elasticidad, fatiga, confort o higiene”, aseguró Zamora.
Ahora solo falta diseñar las políticas que promuevan el consumo de estos productos sostenibles mostrando una calidad que es “invisible”, y “concienciando”, porque será imprescindible reciclar todo tipo de materiales ante el agotamiento de los recursos.
Urbanrec ha recibido financiación del programa de investigación e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea.