Ricardo Fernández García.
Doctor en Ciencias Químicas.
Assistant Plant Manager.
Momentive Specialty Chemicals Barbastro.
El pasado sábado 23 de noviembre 2013, un día después de lo previsto, se cerró el 19º período de sesiones de la Conferencia de las Partes (COP-19) y el 9º período de sesiones de la Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes en el Protocolo de Kyoto (CP/RP). Esta reunión se celebró en Varsovia (Polonia), del 11 al 22 de noviembre.
1.- Retos de la cumbre de Varsovia.
Recordemos los temas más candentes provenientes de la cumbre de Doha (Qatar) a finales de 2012:
- Desarrollar el acuerdo de mínimos, conocido como Puerta Climática de Doha. Recordemos que este acuerdo de mínimos prorrogaba hasta el año 2020 el periodo de compromiso del Protocolo de Kioto, que expiraba en el año 2012. En base a él, se mantiene tanto su normativa como sus mecanismos de mercado: el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), la Implementación Conjunta (IC) y el Comercio Internacional de Emisiones.
- Desarrollar un nuevo Protocolo internacional en 2015 que sustituirá a Kioto. Las partes (países en el argot de las reuniones del cambio climático) han acordado la adopción de un protocolo internacional en 2015 para que entre en vigor justo cuando termine el segundo período de Kioto (año 2010). El objetivo sigue siendo reducir las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero y establecer mecanismos para que cada país controle de forma individual sus porcentajes, al mismo tiempo que se establecía una reducción del calentamiento global en dos grados.
2.- Qué se ha obtenido en la COP 19.
Centrémonos en los puntos principales:
- Desarrollar el acuerdo conocido como Puerta Climática de Doha. Estamos ante uno de los puntos más espinosos, las ayudas a los países más afectados por el Cambio Climático. Y al menos se ha acordado un sistema para encauzar ayudas financieras y tecnológicas para que los países más vulnerables a los fenómenos meteorológicos desatados puedan prevenir y reparar sus consecuencias. En lo referente a este punto es de señalar que se acordaron nuevos mecanismos. En efecto,
- En lo que se refiere al corto plazo, Estados Unidos, el Reino Unido y Noruega aportarán 280 millones de dólares para apoyar el acuerdo que permitirá financiar la protección de los bosques tropicales en naciones en vías de desarrollo.
- En el medio / largo plazo, las partes (países en el argot de la convención) lograron movilizar 100.000 millones de dólares para 2020 a partir de fondos públicos y privados. para implantar medidas contra el cambio climático. Esto es importante porque prorroga hasta el año 2020 el periodo de compromiso del Protocolo de Kioto,
- Desarrollar un nuevo Protocolo internacional en 2015 que sustituirá a Kioto. En relación a este punto se ha consensuado un calendario para que los países presenten sus objetivos de reducción de emisiones antes de la COP21 de París, en 2015, y que todos los Estados contribuyan a ese esfuerzo de disminuir emisiones. Cierto es que el texto consensuado sustituye la palabra «compromisos» para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero establecidos a nivel estatal por el término más descafeinado de «contribuciones», algo que no cumple con las expectativas iniciales de la Unión Europea pero que contenta a la mayoría de países en vía de desarrollo, y especialmente, a India y China. Cierto es que contribuir no es lo mismo que comprometerse.; pero no ha habido otra manera para no dinamitar la hoja de ruta hacia el acuerdo vinculante
El objetivo sigue siendo reducir las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero y establecer mecanismos para que cada país controle de forma individual sus porcentajes de forma que las temperaturas no suban dos grados centígrados en relación con el período preindustrial.
3.- Los grandes problemas de fondo.
En mi opinión percibo varios problemas de fondo:
- Las partes están centradas en el interés nacional. Con tantos países, y todos tan centrados en sus intereses nacionales y tan miedosos a ceder y bajar un escalón de poder, introducir otras motivaciones más nobles en las negociaciones, como la generosidad y la solidaridad, parece algo muy difícil y queda como el deseo ingenuo de un conservacionista.
- En ocasiones el árbol nos impide ver el bosque. A los participantes, negociadores e incluso a las ONG les falta distancia, objetividad y conexión con las sociedad global. Les encantan los matices y, aparentemente, en ocasiones, se olvidan del mundo real, fuera del círculo íntimo de sus adeptos.
- La emoción predominante en el ser humano es el miedo. Esto justificaría porqué estas negociaciones son tan largas y difíciles. Los participantes tienen miedo, miedo a perder argumentos, a perder dinero, a perder poder, a perder influencia, a perder cuota de mercado…
- La inexistencia de un combustible alternativo barato o socialmente aceptado. Los países temen pasar de un modelo de producción basado cada vez más en un combustible barato (cada vez más basado en el carbón y menos en el petróleo) a unas energías limpias, más caras y cada vez menos rentables. Un ejemplo es Japón. Tras el desastre nuclear de Fukushima ha establecido un plan de cierre de sus 50 centrales nucleares. lo que ha obligado a aumentar sus importaciones de carbón y gas. Debido a este hecho, ha anunciando que su objetivo es reducir un 3,8% sus emisiones en 2020 con respecto a 2005; por tanto, aumentarlas un 3% sobre 1990, renunciando así a su promesa de reducirlas un 25%.
Por otro lado energías verdes consolidadas como ha hidráulica tienen un elevado coste social y por ello no son fácilmente aceptadas por la sociedad. Y el resto de energías verdes están en un periodo de desarrollo.
4.- Conclusión final.
El actual debate sobre el cambio climático se confunden dos problemas diferentes:
- por un lado, si el clima mundial está cambiando:
- por otro, si, de ser así, las actividades humanas tienen la culpa.
Una cosa es evidente, el clima está cambiando, ya sea por las actividades humanas, por la mayor o menor cantidad de manchas solares o del eje de rotación de la tierra.
Si no tomamos acciones, (independientemente de que los humanos tengamos o no la culpa) se podrían producir sequias e inundaciones prolongadas que, acaben con las cosechas y deriven en un aumento de la hambruna Esto provocaría desplazamientos en masa y violencia, además de poner en peligro la seguridad internacional, la sostenibilidad y la cooperación.
Podemos seguir dejando para más tarde la cuestión de si las actividades humanas alteran el clima o no, pero no podemos aplazar la preparación para las consecuencias de esas alteraciones. En caso contrario, preparémonos para lo inevitable.