La implantación del sistema ha comenzado en Sevilla Este, y se irá trasladando al resto de barrios hasta cubrir toda la ciudad en el año 2023.
El Ayuntamiento de Sevilla, a través de la empresa municipal de limpieza Lipasam, ha iniciado este mes de diciembre la implantación del sistema de recogida selectiva de biorresiduos o materia orgánica (restos de alimentos y vegetales) de los hogares y comercios con una primera experiencia piloto en Sevilla Este. En esta zona de la ciudad se han instalado ya 150 contenedores con apertura electrónica y se han puesto en marcha distintas acciones de promoción y difusión de este nuevo sistema que se ampliará de forma progresiva a otros barrios de la ciudad.
Los nuevos contenedores de color marrón se están instalando en las islas de recogida selectiva (junto a los de papel, vidrio y envases) y cuentan con un nuevo sistema tecnológico y personalizado. De esta forma, para poder usar estos contenedores el ciudadano debe en primer lugar darse de alta y recibir una tarjeta electrónica que, al aproximarse a un lector ubicado en la parte superior del contenedor, facilita su apertura. Cada tarjeta está asociada a los datos del solicitante de forma que se garantiza su correcto uso.
El objetivo es que estos residuos orgánicos que ahora se depositarán en los contenedores marrones puedan ser valorizados y transformados en compost, para lo que es importante que el ciudadano haya realizado previamente una correcta separación de los residuos.
“Se trata de un proyecto que refleja la apuesta del gobierno de la ciudad por la sostenibilidad y el reciclaje, así como por el desarrollo de iniciativas que se enmarcan dentro de un modelo de Smart City. Este sistema abre además numerosas posibilidades conforme se vaya implantando puesto que habrá un trato y un seguimiento personalizado del usuario del sistema del reciclaje, lo que a medio y largo plazo podrá generar incentivos o medidas de apoyo”, explicó el alcalde de Sevilla, Juan Espadas.
Colaboración ciudadana
La puesta en marcha de este nuevo sistema en Sevilla Este está contando con actuaciones informativas en las que se ha explicado a las asociaciones de vecinos el correcto desarrollo del sistema de recogida y cómo debe ser utilizada la tarjeta electrónica, además de cómo solicitarla. A esta acción se suma la presencia de Lipasam en las calles de dicho barrio, a través de 20 puntos informativos con el objetivo de solicitar colaboración a los ciudadanos en el correcto desarrollo de la gestión de los residuos. Además, a todo ciudadano que solicita la tarjeta en dicho punto, se le obsequia con un cubo para depositar los residuos orgánicos y con un juego de bolsas de rafia para poder separar los residuos. También se está realizando una campaña informativa a todos los comerciantes de la zona y en los portales de las viviendas.
Esta iniciativa se enmarca dentro de una estrategia puesta en marcha por el gobierno local y reflejada en el I Plan municipal para la prevención y gestión de los residuos 2018-2023. De hecho, ya arrancó en junio de 2017 con la implantación de este sistema de recogida de biorresiduos en mercados, hoteles y hospitales. Hasta la fecha se han recogido ya más de 1,8 millones de kilos.
Una vez que se culmine la implantación en Sevilla Este, la primera en hogares de la ciudad, el sistema se desarrollará en otros barrios. Entre otros, está programada la intervención en la zona Norte en el marco de una estrategia que forma parte del programa de fondos europeos Edusi. El objetivo marcado por el gobierno de la ciudad es que este sistema esté en toda la ciudad antes de 2023 tal y como prevé el plan municipal.
Loable y seguramente bienintencionada iniciativa, pero con carencias importantes que pueden resultar muy negativas a largo plazo. No hay ningun control sobre la calidad de lo recogido, lo que unido al desconocimiento general sobre la importancia de la limpieza del biorresiduo, es muy probable que dé lugar a contenedores con un muy alto contenido en plásticos, empezando por las propias bolsas que cotengan el residuo. Y si, como es de suponer, el contenedor verde y abierto al publico en general sigue existiendo junto al marrón, la tasa de recogida de biorresiduo va a ser bastante baja.
Todo ello llevará a unos resultados pobres para la inversión hecha, y a una gran dificultad para dar más pasos adelante. En definitva, el no hacer las cosas bien desde el principio puede llevar a anular la posibilidad de hacerlas bien alguna vez.