La prueba piloto se desarrolla en el distrito del Actur y ya cuenta con 1.500 hogares inscritos, un tercio de los incluidos en el proyecto.
Ayer lunes comenzaron a funcionar en Zaragoza los primeros contendedores de residuos orgánicos. Se trata de un proyecto piloto clave para que el Ayuntamiento de Zaragoza pueda conocer el grado de compromiso en materia medioambiental de los hogares del distrito del Actur, donde se desarrolla la iniciativa. En total, se colocarán 127 contenedores.
Esta iniciativa forma parte de la campaña ¡Dale al marrón!, que dio comienzo el pasado 22 de junio, y que pretende concienciar, en esta primera fase, a los vecinos del Actur sobre la recogida selectiva de materia orgánica. Estos biorresiduos se depositarán en el Complejo para el Tratamiento de Residuos Urbanos de Zaragoza (CTRUZ), y desde ahí se trasladarán al área de compostaje tras ser clasificados, obteniendo finalmente compost.
El objetivo del proyecto piloto es que en 2020 la ciudad de Zaragoza al completo tenga una recogida selectiva de materia orgánica.
En este quinto contenedor, de color marrón, solo se deben tirar restos de fruta y verdura, carne y pescado, de jardinería, tapones de corcho, posos de café, infusiones, cáscaras de huevo y frutos secos, cáscaras de marisco, palillos o papel de cocina sucio. Estos desechos suponen, aproximadamente, el 40% de los residuos del hogar.
La prueba piloto ha supuesto todo un récord de participación, y es que más de 5.500 hogares, un tercio de los incluidos dentro de la prueba piloto, ya disponen de su kit para la separación de estos biorresiduos, compuesto por la llave que abre el quinto contenedor, un cubo de 10 litros, un folleto y una imán para la nevera en el que se detallan qué tipo de residuos se pueden tirar al contenedor marrón.
En total, desde el pasado viernes 22 y se han inscrito 1.500 hogares en la prueba piloto, lo que supone el 33% del total de los hogares incluidos en dicha prueba (16.720).
Para resolver dudas, animar a su utilización y aportar toda la información necesaria a los vecinos y vecinas del barrio, hay puntos informativos, que son atendidos por dos educadores ambientales.