Un proyecto de investigación de AZTI permitirá conocer la calidad ambiental de las costas del norte de España y la toxicidad de los microplásticos en las especies marinas.
La Fundación AZTI ha puesto en marcha el proyecto «Incidencia y cuantificación de microplásticos en depredadores marinos en el Golfo de Bizkaia», con el fin de evaluar la presencia de estas partículas tóxicas en aves marinas y peces del Cantábrico oriental. Esta iniciativa es uno de los proyectos beneficiarios de la convocatoria de ayudas de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente en colaboración con Ecoembes para la lucha contra las basuras marinas.
AZTI trabajará junto con entidades locales y ONG para recoger ejemplares de varias especies de aves marinas, cuantificar la cantidad de microplásticos que han ingerido y, finalmente, determinar los indicadores biológicos, como el sexo o la madurez, asociados a la presencia de dichas partículas.
El estudio de los plásticos ingeridos es una de las innovaciones que aporta el proyecto, así como la monitorización de especies alternativas a las anteriormente estudiadas, gracias a los cuales se podrá conocer en profundidad cómo afectan los microplásticos a las aves y los peces de la demarcación del Golfo de Bizkaia. Además, los resultados permitirán desarrollar por primera vez un protocolo estándar que servirá como base para futuros estudios.
El proyecto finalizará en noviembre de 2017 con la divulgación de los resultados a través de diferentes canales, que permitirán tanto a expertos como a la sociedad conocer la calidad ambiental de las costas del norte de España y la toxicidad de los microplásticos en las especies marinas.
La Directiva Marco de Estrategia Marina de la UE incluye la presencia de basuras marinas como uno de los descriptores para evaluar el estado ambiental del litoral y, entre ellas, se incluyen los microplásticos, lo cual refleja la importancia de este problema para la conservación y gestión del medio marino. Además, las aves representan uno de los grupos de depredadores marinos más amenazados, dado que sus poblaciones han disminuido un 70% entre 1950 y 2010. Según un estudio de 2015 realizado por científicos británicos y australianos, el 90% de las aves marinas ha ingerido plásticos, lo que da una idea de la enorme dimensión del problema.