La posición del Consejo eleva el nivel de ambición para las materias primas recicladas y transformadas y refuerza los criterios de sostenibilidad.
El Consejo de la UE adoptó el pasado viernes su posición («mandato de negociación») sobre la propuesta de Reglamento por el que se establece un marco para garantizar un abastecimiento seguro y sostenible de materias primas críticas, más conocida como la Ley de Materias Primas Críticas. Este Reglamento aprovecha los puntos fuertes tanto del mercado único como de las colaboraciones para diversificar las cadenas de suministro de materias primas críticas, que actualmente dependen de las importaciones de un puñado de terceros países.
La posición del Consejo eleva el nivel de ambición para las materias primas recicladas y transformadas, refuerza los criterios de sostenibilidad, adapta el proceso de concesión de permisos y amplía las obligaciones de los Estados miembros para garantizar que se tienen en cuenta sus diferentes situaciones.
«Cuando se trata de materias primas, el destino de Europa está principalmente en manos de unos pocos terceros países. Con la Ley de Materias Primas queremos recuperar nuestra autonomía de una forma verdaderamente europea: extrayendo nuestros minerales de forma sostenible; reciclando todo lo que podamos y trabajando en asociación con terceros países afines para promover su desarrollo y sostenibilidad, asegurando al mismo tiempo nuestras cadenas de suministro, afirmó Ebba Busch, ministra sueca de Energía, Empresa e Industria.
Garantizar el suministro nacional e internacional
La propuesta de Reglamento explora las dimensiones interna y externa de la cuestión para garantizar el suministro de materias primas fundamentales para nuestra economía y, en particular, para las transiciones ecológica y digital. La propuesta de la Comisión establece cuatro objetivos para aumentar la contribución de las materias primas europeas:
- Al menos el 10% del consumo anual de la UE debe proceder de la extracción en la UE.
- Al menos el 40% del consumo anual de la UE procederá de la transformación en la UE.
- Al menos el 15% del consumo anual de la UE procederá del reciclado nacional.
- No más del 65% del consumo anual de la Unión de cada materia prima estratégica en cualquier fase pertinente de la transformación deberá proceder de un único tercer país.
Para alcanzar estos objetivos, el Reglamento establece una lista de 34 materias primas críticas, entre ellas 16 que también se consideran de importancia estratégica, y varias medidas para reducir los riesgos de nuestras actuales dependencias. Estas medidas incluyen la simplificación de los procedimientos de concesión de permisos para proyectos considerados estratégicos, con puntos de contacto nacionales designados, análisis de riesgos, planes de exploración de los Estados miembros, inversión en investigación, innovación y competencias y protección del medio ambiente mediante el fomento de la circularidad y la sostenibilidad de las materias primas.
En el ámbito mundial, el reglamento identifica medidas para diversificar las importaciones de materias primas críticas. Entre ellas, reforzar el compromiso y crear asociaciones con países fiables para promover su desarrollo, garantizando al mismo tiempo cadenas de suministro para Europa.
El Reglamento establece la creación de un órgano consultivo, el Consejo Europeo de Materias Primas Críticas, para asesorar a la Comisión sobre la selección de proyectos estratégicos y otros aspectos del Reglamento.
Posición del Consejo
Si bien el Consejo comparte los objetivos de la propuesta de la Comisión, propone una serie de mejoras para tener en cuenta las diferentes situaciones a las que se enfrentan los Estados miembros. En particular:
- Aumenta el nivel de ambición para la capacidad de transformación y reciclado: del 40 al 50% para la transformación y del 15 al 20% para el reciclado
- Añade la bauxita/alúmina/aluminio como materias primas estratégicas y materiales críticos.
- Pide una actualización más frecuente de la lista de materias primas críticas y estratégicas (al menos cada tres años, en lugar de cada cuatro)
- Refuerza las medidas nacionales sobre sostenibilidad y circularidad, tales como:
- Aumentar la reutilización de productos con alto potencial de recuperación de materias primas.
- Incentivar la recuperación de materias primas secundarias críticas a partir de residuos.
- Identificar instalaciones de residuos extractivos donde puedan recuperarse materias primas secundarias.
- Fomentar la recuperación de imanes de los productos al final de su vida útil
- Teniendo debidamente en cuenta los diferentes sistemas administrativos de cada país, permite a los Estados miembros designar uno o varios puntos de contacto (por ejemplo, en las regiones). No obstante, los Estados miembros deben ayudar a los promotores de proyectos a identificar los puntos de contacto designados en un sitio web ad hoc.
- Facilita los procedimientos de autorización de proyectos estratégicos.
- Excluye de la obligación de llevar a cabo programas nacionales de exploración a los Estados miembros que no reúnan las condiciones geológicas pertinentes y aporten pruebas de ello.
- Garantiza el buen funcionamiento del mercado interior mediante obligaciones de control más estrictas en materia de competencia y libre circulación de materias primas.
- Por último, aclara las funciones del Consejo de Materias Primas Críticas, aproximándolo a otros organismos similares. También crea un subgrupo dentro del Consejo para debatir cuestiones relacionadas con el conocimiento público y la aceptación de proyectos de materias primas críticas y otro para debatir medidas para promover la circularidad, la eficiencia de los recursos y la sustitución de materias primas críticas.
El texto acordado formaliza la posición negociadora del Consejo y proporciona a la Presidencia del Consejo un mandato para las negociaciones con el Parlamento Europeo, que comenzarán tan pronto como este adopte su propia posición.