Los ministros de Medio Ambiente de la UE aprueban su orientación general para empezar las negociaciones con el Parlamento Europeo en torno a una modificación de la normativa centrada en los residuos alimentarios y textiles.
El Consejo de la UE adoptó ayer su posición sobre la revisión específica de la Directiva marco sobre residuos, centrándose en los residuos alimentarios y textiles.
La directiva propuesta establece objetivos vinculantes de reducción del desperdicio de alimentos para 2030: Un 10% en transformación y fabricación y un 30% per cápita en el comercio minorista, la restauración, los servicios alimentarios y los hogares (frente al 20% y 40%, respectivamente, propuesto por el Parlamento Europeo).
La orientación general coincide con los objetivos propuestos por la Comisión Europea y prevé la posibilidad de fijar objetivos para los comestibles antes del 31 de diciembre de 2027, fecha en que la Comisión revisará los objetivos para 2030.
Los objetivos de reducción de residuos de alimentos se calcularán en comparación con la cantidad generada en 2020, ya que fue el primer año para el que se recogieron datos sobre este tipo de desechos según un método armonizado. No obstante, se permite a los Estados miembros utilizar un año de referencia anterior a 2020, si existían métodos adecuados de recogida de datos a escala nacional.
El planteamiento general permite a los Estados miembros utilizar también 2021, 2022 o 2023 como años de referencia, ya que los datos de 2020 pueden no ser representativos en algunos casos debido a la pandemia COVID-19.
Los ministros de los Estados miembros acordaron además que es necesario desarrollar factores de corrección para tener en cuenta las fluctuaciones del turismo y los niveles de producción en la transformación y fabricación de alimentos en relación con el año de referencia.
Sector textil
La actual directiva marco sobre residuos, ya en vigor desde 2008, obliga a los Estados miembros a garantizar la recogida selectiva de textiles para su reutilización, preparación para la reutilización y reciclado antes del 1 de enero de 2025. De acuerdo con el planteamiento general, para finales de 2028 la Comisión estudiará la fijación de objetivos específicos de prevención de residuos, recogida, preparación para la reutilización y reciclado de los residuos del sector textil.
La propuesta de revisión de la directiva marco sobre residuos prevé sistemas armonizados de responsabilidad ampliada del productor (RAP) que obligarían a las marcas de moda y a los productores textiles a pagar tasas para ayudar a financiar los costes de recogida y tratamiento de residuos textiles. Estos sistemas se establecerán hasta 30 meses después de la entrada en vigor de esta directiva y los ministros acordaron incluir a las microempresas en su ámbito de aplicación.
El nivel de esas tasas se basará en la circularidad y el comportamiento medioambiental de los productos textiles (lo que se conoce como ecomodulación). Dado que prevenir los residuos es la mejor opción, la orientación general establece que los Estados miembros pueden exigir tasas más elevadas a las empresas que sigan prácticas industriales y comerciales de «moda rápida».
El planteamiento general también contiene disposiciones específicas para los Estados miembros en los que hay una mayor proporción de productos textiles considerados aptos para la reutilización en el mercado. Esos Estados miembros pueden pedir a los operadores comerciales de reutilización que paguen una tasa (más baja) cuando comercialicen esos productos por primera vez.
Entidades de la economía social
El planteamiento general reconoce el papel clave de las entidades de la economía social (incluidas las organizaciones benéficas, las empresas sociales y las fundaciones) en los actuales sistemas de recogida de textiles. Les permite mantener y gestionar sus propios puntos de recogida selectiva. Según la posición del Consejo, los Estados miembros pueden eximirlas de determinados requisitos de información para evitar una carga administrativa desproporcionada.
La orientación general del Consejo alcanzada ayer permite a la Presidencia rotatoria iniciar las conversaciones con el Parlamento Europeo sobre el texto definitivo, que tendrán lugar en el marco del nuevo ciclo legislativo. El Parlamento Europeo adoptó su posición en marzo de 2024.
Según explicó Alain Maron, ministro del Gobierno de la Región de Bruselas-Capital y responsable de cambio climático, medio ambiente, energía y democracia participativa, esta orientación general del Consejo «pretende evitar los residuos de la moda rápida y facilitar la reutilización. También fija objetivos ambiciosos para reducir significativamente los residuos alimentarios de aquí a 2030. Dado que los sectores alimentario y textil son el primero y el cuarto, respectivamente, que más recursos consumen, el acuerdo de hoy representa un paso crucial hacia una economía europea más sostenible y circular».
Reducir el impacto ambiental de estos residuos
Cada año se generan en la UE más de 58 millones de toneladas de residuos alimentarios (es decir, 131 kg por habitante), lo que representa una pérdida estimada de 132.000 millones de euros. Además, los residuos alimentarios representan alrededor del 16% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero del sistema alimentario de la UE.
La UE también genera 12,6 millones de toneladas de residuos textiles al año. Sólo la ropa y el calzado generan 5,2 millones de toneladas de residuos, lo que equivale a 12 kg de residuos por persona al año. En la actualidad, sólo el 22% de estos residuos se recoge por separado para su reutilización o reciclado, mientras que el resto suele incinerarse o depositarse en vertederos.
El 5 de julio de 2023, la Comisión Europea presentó una propuesta de revisión de la directiva marco sobre residuos, dirigida específicamente a los sectores textil y alimentario. El objetivo general de la propuesta es reducir el impacto medioambiental y climático asociado a la generación y gestión de residuos textiles y alimentarios.
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