La mayoría de los habitantes de las ciudades europeas viven expuestos a unos niveles de contaminantes atmosféricos que la OMS considera peligrosos.
En Europa la contaminación atmosférica es el mayor riesgo medioambiental individual para la salud. Reduce la esperanza de vida de las personas y contribuye a la aparición de enfermedades graves como afecciones cardíacas, problemas respiratorios y cáncer. Un nuevo informe publicado ayer por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) estima que la contaminación atmosférica sigue siendo responsable de más de 500.000 muertes prematuras en Europa.
El informe de la AEMA «Calidad del aire en Europa — Informe de 2015» examina la exposición de la población europea a la contaminación atmosférica y hace un retrato de la calidad del aire basándose en los datos de estaciones oficiales de vigilancia repartidas por toda Europaen. Muestra que la mayoría de los habitantes de las ciudades siguen expuestos a unos niveles de contaminantes atmosféricos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera peligrosos.
Los contaminantes más problemáticos que afectan a la salud humana son las partículas en suspensión (PM), el ozono troposférico (O3) y el dióxido de nitrógeno (NO2).
Los cálculos del impacto sobre la salud de la exposición a largo plazo a PM2,5 muestran que este contaminante fue responsable de 432.000 muertes prematuras en Europa en 2012, una cifra similar a la estimada en años anteriores. El impacto estimado de la exposición a NO2 y O3 estuvo en torno a 75.000 y 17.000 muertes prematuras respectivamente.
En España, más de 30.000 personas murieron de forma prematura por su exposición a la contaminación del aire
El informe también facilita cálculos de las muertes prematuras a nivel nacional. En el caso de España, fueron 25.500 las muertes prematuras causadas por la contaminación por PM2,5 -partículas con un diámetro de 2,5 μm o menos–, mientras que la exposición al O3 y NO2 causó 1.800 y 5.900 muertes prematuras, respectivamente.
«A pesar de las mejoras continuas en las últimas décadas, la contaminación atmosférica sigue afectando a la salud general de los europeos, mermando su calidad de vida y su esperanza de vida», ha afirmado el director ejecutivo de la AEMA, Hans Bruyninckx. «También tiene un considerable impacto económico, al aumentar los costes médicos y reducir la productividad por los días de trabajo que se pierden en todos los sectores».
Además de sobre la salud, los contaminantes atmosféricos también tienen un significativo efecto perjudicial sobre la vida vegetal y los ecosistemas. Estos problemas, como la eutrofización causada por el amoniaco (NH3) y los óxidos de nitrógeno (NOx), así como el daño que el O3 causa a las plantas, siguen muy extendidos por toda Europa.
Graves enfermedades
Las partículas pueden causar o agravar enfermedades cardiovasculares y pulmonares, infartos de miocardio y arritmias. También pueden provocar cáncer.
En 2013, el 87% de la población urbana de la UE estaba expuesta a concentraciones de PM2,5 que superaban los valores establecidos por la OMS para proteger la salud humana. Las normas sobre la calidad del aire en Europa son menos estrictas y según ellas solo el 9% de esta población estaba expuesta a PM2,5 por encima del valor objetivo en la UE. Las partículas pequeñas pueden penetrar profundamente en los pulmones.
Los beneficios de mejorar la calidad de aire en Europa están claros: cumplir las normas de calidad del aire en la UE-28 haría que las concentraciones medias de PM2,5 disminuyesen en aproximadamente una tercera parte, con lo que se conseguirían 144.000 muertes prematuras menos en comparación con la situación actual.
Las partículas pueden causar o agravar enfermedades cardiovasculares y pulmonares, infartos, arritmias y cáncer
La exposición a ozono en las ciudades sigue siendo muy elevada; en 2013 el 98% de la población urbana de la UE-28 estuvo expuesta a concentraciones de O3 por encima de los valores guía de la OMS. En torno al 15% de esta población estuvo expuesta a concentraciones por encima del valor objetivo (menos estricto) de la UE para el O3.
Las concentraciones de ozono también perjudican a los cultivos agrícolas, los bosques y las plantas, al reducir sus tasas de crecimiento y su producción. El objetivo a largo plazo de protección de la vegetación frente al O3 se superó en el 86% de toda la zona agrícola de la UE-28.
El dióxido de nitrógeno afecta directamente al sistema respiratorio y contribuye además a la formación de PM y O3. En 2013, el 9% de la población urbana de la UE-28 estuvo expuesta a concentraciones de NO2 por encima de las normas de la OMS y de la UE, que son idénticas, produciéndose el 93% de todas las superaciones cerca de las carreteras.
El benzo(a)pireno (BaP) es un contaminante orgánico que es cancerígeno. Se forma por lo general como consecuencia de la combustión de madera y la exposición a la contaminación por BaP está muy extendida, especialmente en Europa Central y del Este.
Una cuarta parte de la población urbana de la UE-28 estuvo expuesta a concentraciones de BaP por encima del valor objetivo en 2013, y hasta el 91% de esta población estuvo expuesta a concentraciones de BaP por encima del nivel de referencia estimado, que se basa en las cifras de riesgo de la OMS.
Las emisiones de dióxido de azufre (SO2) se han reducido significativamente en las últimas décadas como consecuencia de la legislación de la UE, que exige el uso de tecnología de depuración de emisiones y de combustibles con un menor contenido de azufre. En 2013 solo hubo unas pocas superaciones del valor límite de SO2 en la UE.
Las concentraciones atmosféricas de monóxido de carbono, benzeno y metales pesados (arsénico, cadmio, níquel y plomo) fueron bajas por lo general en la UE en 2013, y hubo pocas superaciones de los respectivos valores límite y valores objetivo que establece la legislación de la UE.