El análisis de los niveles de contaminación por microplásticos en el plancton marino pretende ayudar a desarrollar nuevas formas de evaluar y gestionar el creciente problema de la contaminación mundial, afirman expertos de la Universidad Flinders.
Investigadores han examinado los efectos de cinco sustancias químicas digestivas diferentes en plásticos comunes utilizando niveles bajos, medios y altos de zooplancton y han publicado los resultados en un nuevo artículo en Science of the Total Environment.
Según explica Elise Tuuri, doctoranda de la Universidad Flinders, en Australia, la contaminación por plásticos es la principal forma de basura marina, y cada año se vierten más residuos plásticos en ríos y océanos.
«La contaminación por plásticos se encuentra en los sedimentos de los fondos marinos y las costas, en las aguas superficiales y en la biota marina. Esto tiene repercusiones de gran alcance en los ecosistemas, incluidos los animales marinos, y puede afectar a las redes alimentarias y los hábitats», explica.
«Si los científicos pueden encontrar una manera de determinar la asociación de los microplásticos con el zooplancton, tenemos la oportunidad de comprender y potencialmente frenar el daño de los microplásticos», añade Tuuri.
Los microplásticos (partículas de plástico de menos de 5 mm) están apareciendo en las vísceras de peces y mariscos, y hay preocupación por la seguridad de los alimentos. También pueden aparecer en el agua potable y otros productos alimenticios. Tanto los plásticos como los aditivos químicos pueden ser tóxicos.
El crecimiento exponencial de la producción de plástico, de 2 millones de toneladas métricas en 1950 a 380 millones de toneladas métricas en 2015, ha hecho de la contaminación por plásticos la forma predominante de desechos marinos antropogénicos en todo el mundo. Y se prevé que la producción se triplique de aquí a 2050.
Utilizando diversos niveles de zooplancton cultivado en condiciones controladas, los investigadores de la Universidad Flinders pudieron examinar los efectos de cinco sustancias químicas digestivas diferentes -ácida, dos alcalinas diferentes, enzimática y oxidativa- sobre plásticos comunes (poliamida, polietileno, tereftalato de polietileno, polipropileno y poliestireno).
La profesora Sophie Leterme, coautora del estudio, afirma que los distintos métodos provocaron diversos grados de daño en la composición química y física de estos microplásticos contaminantes del medio ambiente que se encuentran habitualmente.
Leterme, catedrática de Flinders y director del Centro ARC de Investigación e Innovación en Biopelículas, afirma que la notificación de la abundancia de microplásticos mediante estos métodos podría ayudar a recopilar datos sobre las partículas microplásticas.
«Esto nos permitirá comprender las repercusiones medioambientales y sanitarias, y desarrollar estrategias eficaces para mitigar la contaminación marina», afirma.