Un nueva investigación publicada por Zero Waste Europe (ZWE) sobre tres incineradoras de España, Chequia y Lituania ha constatado un alto nivel de contaminación en las inmediaciones de dichas instalaciones, lo que supondría un riesgo para el medio ambiente y la salud de las personas que viven cerca.
Para evaluar el impacto real de la incineración de residuos, una investigación de biomonitorización realizada por la Fundación ToxicoWatch para ZWE analizó la presencia de contaminantes orgánicos persistentes (COP) en los alrededores de las incineradoras de Valdemingómez (España), Pilsen (Chequia) y Kaunas (Lituania).
El estudio utilizó bioensayos, un método analítico para determinar la concentración o potencia de una sustancia por su efecto en animales, plantas, células vivas o tejidos. En este estudio concreto se utilizaron muestras de biomarcadores cuidadosamente recogidas -como huevos de gallinas de corral, agujas de pino y musgos- en zonas cercanas a las incineradoras.
Los resultados de la investigación revelaron que la mayoría de los huevos analizados superan los límites de actuación de la UE para la seguridad alimentaria regulados en la Directiva 2013/711/UE. Un alto porcentaje de huevos supera el nivel de seguridad para el consumo. Si estos huevos estaban destinados a la venta, deberían haber sido retirados del mercado.
El análisis de la vegetación, las agujas de pino y los musgos también muestra altos niveles de dioxinas en las proximidades de las incineradoras de residuos. Esto significa que las personas que viven en sus inmediaciones podrían verse perjudicadas si comen verduras cultivadas en el suelo contaminado para su consumo.
La investigación advierte de las repercusiones de la actual estrategia de incineración para la salud humana y considera incompatible dicha estrategia con el programa de contaminación cero de la UE. También da una señal de alarma por la contaminación del medio ambiente con sustancias tóxicas muy perjudiciales para la salud humana y el medio ambiente, como las dioxinas (PCDD/F), PCB, PHA y PFAS.
Janek Vähk, coordinador del Programa de Clima, Energía y Contaminación Atmosférica del ZWE, asegura que «hay una necesidad urgente de evaluar el impacto real de la incineración de residuos en la salud humana y el medio ambiente. Hay que tranquilizar a las personas que viven cerca de las incineradoras de residuos sobre los riesgos para la salud y la seguridad de estas instalaciones de combustión».
Basándose en las conclusiones del informe, ZWE y el grupo del proyecto de investigación recomiendan:
- Hacer obligatoria la investigación de biomonitorización para todos los proyectos de incineración existentes en toda Europa.
- Obligar a la medición continua de las dioxinas cloradas y bromadas, incluso en «condiciones de funcionamiento distintas de las normales», como los arranques y paradas y los accidentes técnicos.
- Poner una moratoria a los nuevos proyectos de incineración de residuos y desarrollar planes de eliminación progresiva para los existentes.
- Promover y financiar alternativas circulares, saludables y sostenibles a la incineración de residuos.