Un estudio alerta de los elevados costes en atención médica provocados por los disruptores endocrinos presentes en los productos plásticos.
Los químicos disruptores endocrinos (EDC, por sus siglas en inglés) en los plásticos costaron a los Estados Unidos 250.000 millones de dólares en mayores gastos de atención médica en 2018, según estima una nueva investigación de la Universidad de Nueva York (NYU) y el Hospital Infantil de Filadelfia y publicada en el Journal of the Endocrine Society.
Los plásticos contienen en muchas ocasiones sustancias químicas peligrosas que alteran el sistema endocrino y que se filtran y contaminan a los seres humanos y el medio ambiente. Estas sustancias perturban los sistemas hormonales del organismo y pueden provocar cáncer, diabetes, trastornos reproductivos y alteraciones neurológicas en fetos y niños en desarrollo.
Las posibles opciones que se están debatiendo en el marco de un Tratado Mundial sobre los Plásticos incluyen intervenciones para reducir la exposición a los EDC con el fin de proteger la salud pública y el medio ambiente, y los datos sobre los costes sanitarios de estas sustancias podrían ayudar a impulsar esta iniciativa.
«Nuestro estudio encontró que los plásticos contribuyen sustancialmente a la enfermedad y los costos sociales asociados en los EE.UU. en alrededor de 250.000 millones de dólares solo en 2018. Estos costes equivalen al 1,22% del Producto Interior Bruto. Las enfermedades debidas a los plásticos abarcan todo el curso de la vida, desde el nacimiento prematuro hasta la obesidad, las enfermedades cardíacas y los cánceres», afirma Leonardo Trasande, de la NYU Grossman School of Medicine y NYU Wagner Graduate School of Public Service y autor del estudio.
«Nuestro estudio subraya la necesidad de abordar las sustancias químicas utilizadas en los materiales plásticos en el marco del Tratado Mundial sobre los Plásticos«, añade Trasande. Asegura que las medidas que se adopten en este acuerdo y otras iniciativas políticas «reducirán estos costes en proporción a las reducciones reales de la exposición a sustancias químicas que se consigan».
Los investigadores analizaron los estudios existentes sobre las disruptores endocrinos para determinar cuántas enfermedades y discapacidades se atribuían a las sustancias químicas presentes en los plásticos. Entre las que estudiaron y que se encuentran habitualmente en los plásticos estaban los éteres difenílicos polibromados (PBDE), los ftalatos, los bisfenoles y las sustancias poli y perfluoroalquiladas (PFAS).
Los investigadores actualizaron los datos publicados anteriormente sobre la carga de morbilidad y las estimaciones de costes de estas sustancias químicas en Estados Unidos hasta 2018. Combinaron los datos y estimaron 250.000 millones de dólares en carga de enfermedad por exposición al plástico en 2018.
«Este estudio muestra que la prevención de la contaminación por plástico puede reducir la incidencia de enfermedades, discapacidades y muertes prematuras, así como el sufrimiento humano y los costos de atención médica que conlleva», dice el coautor del estudio Michael Belliveau, director ejecutivo de Defend Our Health, con sede en Portland, Maine. «Los responsables políticos y los líderes del mercado deben desintoxicar y reducir drásticamente el uso de plásticos petroquímicos y sustancias químicas que alteran el sistema endocrino. Instamos a los negociadores a ultimar un Tratado Mundial sobre los Plásticos que limite y reduzca la producción de plásticos y elimine los EDC como aditivos de los plásticos.»
La mayor parte del coste se debió a la exposición a los éteres difenílicos polibromados (PBDE), asociados a enfermedades como el cáncer. 67.000 millones de dólares en costes sanitarios se debieron a la exposición a ftalatos, que está vinculada a partos prematuros, reducción del recuento de espermatozoides y obesidad infantil, y 22.000 millones a la exposición a PFAS, que se asocia a insuficiencia renal y diabetes gestacional.