Cristina Afán de Ribera, nueva vicepresidenta de la patronal europea de papel recuperado

La directora general de REPACAR resultó elegida en las elecciones celebradas durante la última Asamblea General de la Asociación Europea de Papel Recuperado.

El pasado martes, la Asociación Europea de Papel Recuperado (ERPA) celebró elecciones para renovar los cargos de presidencia y vicepresidencias en el marco de su Asamblea General. En las misma, la directora general de la Asociación Española de Recuperadores de Papel y Cartón (REPACAR), Cristina Afán de Ribera, resultó elegida vicepresidenta para los próximos cuatro años.

“Es para mi un honor ocupar este cargo”, ha declarado Afán de Ribera. “Uno de mis principales objetivos es trabajar estrechamente con el equipo de ERPA y su nueva directiva para defender el sector de la recuperación ante los principales estamentos y solventar los problemas que afectan a nuestros recuperadores” ha añadido.

A estas elecciones estaban llamados a votar todos los representantes de las asociaciones y federaciones nacionales de papel recuperado de Europa. Cristina Afán de Ribera acompañará en la dirección de ERPA a Merja Helander (Finlandia), nueva presidenta de la entidad, y a Thomas Braun (Alemania), quien ocupará la otra vicepresidencia.

ERPA es la asociación que reúne a todas las federaciones nacionales de papel recuperado de los diferentes países de la Unión Europea (en España, REPACAR), promocionando el uso y comercio internacional de papel recuperado para la fabricación de nuevo papel y cartón reciclado.

Entre los principales objetivos de esta entidad están el estudio y análisis de los aspectos comerciales, legales, técnicos y medioambientales relacionados con el comercio, recuperación, procesamiento, reciclaje y transporte de papel usado.

Según datos del Consejo Europeo de Papel Recuperado (ERPC), la tasa de reciclaje de papel y cartón en Europa alcanza ya el 71,7%. La cantidad total de papel recogido y reciclado por la industria europea supera los 57 millones de toneladas anuales, a pesar del descenso en el consumo de papel, que el año pasado se situó en los niveles de 1998.