Esta semana, los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria analizan en Suances el aprovechamiento de los residuos del sector pesquero.
El sector pesquero de Cantabria, uno de los motores económicos de la región, produce a diario toneladas de desechos marinos a los que tradicionalmente apenas se les ha dado valor, más allá de la fabricación de harinas de pescado y aceites de bajo valor añadido para la alimentación animal. El resto terminaban arrojados de nuevo en el mar.
Sin embargo, las nuevas técnicas para el tratamiento de estos residuos permiten aprovecharlos en nuevos sectores como la cosmética, la obtención de biogás, el uso farmacéutico, la alimentación humana o la fabricación de biopolímeros plásticos.
Para analizar todas las posibilidades de valorización de estos subproductos –colas, cabezas y tripas de pescado, cáscaras de crustáceos, etcétera–, esta semana la sede de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria (UC) en Suances acoge el seminario titulado ‘Desechos marinos, ¿son un recurso de alto valor añadido?’, que cuenta con 18 alumnos matriculados.
Bajo la dirección de la profesora ayudante de la UC, Tamara Llano, el curso inaugurado ayer repasará a lo largo de dos jornadas las posibilidades de valorización de tres subproductos de la pesca: los desechos de las conserveras, el aprovechamiento de las algas marinas y el uso de las cáscaras de crustáceos para la fabricación de biopolímeros «con unas propiedades funcionales muy similares a los plásticos derivados del petróleo», destacó Llano.
Y es que son precisamente los biopolímeros uno de los usos más novedosos para la reutilización de estos desechos, junto a otros métodos como «la hidrólisis enzimática, que permite obtener proteínas para la alimentación humana o para la industria farmacéutica, y también ácidos grasos Omega3, o ácido hialurónico para cremas cosméticas», detalló esta profesora de la UC.
Igualmente, y muy relacionado con la industria conservera cántabra, se está potenciando la valorización de los recortes de los filetes de las anchoas «que actualmente se desechan, se ven como residuo, y que sin embargo poseen muchas proteínas», añadió. Cuestión aparte son, según reconoció Tamara Llano, los subproductos marinos de animales con enfermedades, tipo anisakis, para los que «la única gestión es su incineración», concluyó.
El curso ‘Desechos marinos, ¿son un recurso de alto valor añadido?’ concluirá hoy miércoles por la tarde (18.00 horas) con una mesa redonda en la que expertos en la materia analizarán el fomento de las acciones de valorización de estos desechos como fuerza impulsora para lanzar políticas bioeconómicas avanzadas.