El proceso para desmantelar los boxes del circuito de Fórmula 1 de Valencia ha permitido reutilizar y reciclar el 75% de sus componentes, muchos de los cuales se han subastado, permitiendo así financiar los trabajos.
Las empresas Surus Inversa y Lezama Demoliciones han concluido los trabajos para liberar los tinglados 4 y 5 del puerto de Valencia, que hasta ahora permanecían ocupados por los boxes del antiguo circuito de la Fórmula 1. Este proyecto, concebido desde el inicio como un desmantelamiento que aplicara los principios de la economía circular, ha logrado minimizar los costes del desmontaje a 20.000 euros, cuando el presupuesto inicial ascendía a 700.000 euros. Este ahorro del 97% para las arcas valencianas y la recuperación del 75% de los bienes de las instalaciones se ha conseguido mediante la reutilización y reciclaje de los activos, dos pilares del cambio de paradigma que supone la economía circular, que acaba con el principio de usar y tirar.
Para lograr este objetivo, Surus Inversa ha subastado online los activos de los tinglados a través de Escrapalia.com, su portal de subastas industriales, a través del cual se reincorporan al mercado productos en buen estado dándoles una segunda vida y evitando que acaben depositados en vertederos. De esta forma, los activos y enseres de los tinglados han generado un valor que no se suele contemplar por parte de las Administraciones Públicas y las empresas.
En esta ocasión, se han subastado 661 lotes de activos, entre los que se incluían mobiliario, suelos, luminarias, depósitos de agua, equipos de aire acondicionado, puertas de acceso a boxes y sanitarios, entre otros. Todos ellos han despertado el interés de 1.713 pujadores, que adquirieron los activos a través de 58.718 pujas. Estas pujas han maximizado el valor de los activos y han servido para financiar todo el desmantelamiento, logrando la reutilización de los equipos que estaban instalados.
Este proyecto, pionero entre las Administraciones Públicas españolas, también ha reducido un 60% los residuos que se habrían generado con un modelo tradicional de desmantelamiento. Asimismo, se ha recuperado el 50% de los residuos cuyo único destino posible, en caso de no ser reutilizados, es el reciclaje en planta de valorización de residuos de construcción y demolición (RCD).
Estos factores se han tenido en cuenta porque los trabajos se han realizado en las inmediaciones del Puerto de Valencia, a unos 15 metros del mar y en una zona turística con mucho tráfico peatonal. Por ello, el desmontaje ha sido selectivo, de forma que se segregaran todos los elementos sin el impacto medioambiental que generan el polvo y las vibraciones.
Este proyecto comenzó en septiembre de 2017 a través de una licitación lanzada por la Entidad de Infraestructuras de la Generalitat Valenciana (EIGE) con el objetivo de desmantelar las instalaciones de un circuito que permaneció activo de 2008 a 2012 tras acometer unas obras que costaron más de 14 millones de euros.