Ecologistas contra el almacenamiento en El Cabril y el transporte de residuos radiactivos

Ecologistas en Acción sigue con su lucha contra los residuos radioactivos, esta vez contra la ampliación del cementerio nuclear de El Cabril y el transporte de los mismos desde toda España hasta este almacén.

Se ha celebrado en Peñarroya-Pueblonuevo, Córdoba, una jornada antinuclear y contra la ampliación del cementerio nuclear de El Cabril. La jornada ha reunido a diversos colectivos de Andalucía y Extremadura.

El cementerio nuclear de El Cabril es el único almacén nuclear de España, y se encuentra situado en el norte de la provincia de Córdoba, una ubicación totalmente alejada de los lugares donde se producen residuos radiactivos de las centrales nucleares. Los residuos radiactivos que se almacenan en el Cabril se transporta por carreteras cruzando medio país con el consiguiente riesgo para las zonas de paso. Además se encuentra situado en una zona que afecta directamente a pueblos tanto de la comunidad autónoma de Andalucía, Córdoba y Sevilla, como de la Campiña Sur de Badajoz.

En las últimas semanas, la recepción por parte de El Cabril de residuos de Uranio no recuperable de larga duración, procedentes de la Planta de Transformación de Juzbado (Salamanca), ha hecho saltar todas las alarmas, toda vez que este almacén sólo está autorizado para acoger residuos de media y baja actividad.

Por otro lado, la organización denuncia que las afirmaciones que aseguran que los residuos que se almacenan en esta planta son en su mayor parte procedentes de Hospitales y de la Industria convencional, suponen un engaño por parte de las instituciones implicadas hacia la opinión pública. En realidad, este tipo de residuos no llegan ni al 7 % del total que acumulan la instalación, mientras que la gran mayoría (el 93 %) proceden de Centrales Nucleares e instalaciones de tratamiento relacionadas con esta actividad.

La organización de las jornadas ha demandado que cada central nuclear desmantelada debe gestionar los residuos procedentes de su propio desmantelamiento, mediante la construcción de un Almacén Temporal Individualizado (ATI) en sus inmediaciones, para evitar el tránsito de tráfico rodado cargado de residuos peligrosos hacia instalaciones centralizadas más alejadas.