Los clústeres Eraikune y Aclima, con el apoyo de la Diputación Foral de Gipuzkoa, impulsan una alianza entre el sector de la construcción y del medioambiente a través del proyecto E-Const.
Gipuzkoa quiere traccionar a las empresas del sector de la construcción hacia la economía circular utilizando al sector medioambiental como palanca de cambio a través del proyecto E-Const, una iniciativa de los clústeres vascos Eraikune (construcción) y Aclima (medio ambiente) que cuenta con el apoyo del Departamento de Promoción Económica, Turismo y Medio Rural de la Diputación Foral de Gipuzkoa.
El 67% de los edificios de Gipuzkoa tienen más de 40 años (233.450 viviendas) y son susceptibles de ser rehabilitados. Además, casi el 97% de los residuos procedentes de la construcción y la demolición podrían ser recuperados e introducidos de nuevo en el proceso productivo, reduciendo la necesidad de introducir materias primas naturales.
Pero también antes del fin de ciclo de vida se presentan “oportunidades de competitividad” para el sector –en la fase de diseño y planificación, en la fabricación de productos y componentes, en la construcción de obra nueva y rehabilitación, así como en el mantenimiento y renovación–, relacionados con aspectos medioambientales como la gestión de residuos, los suelos contaminados, el ciclo del agua, la calidad del aire, los ecosistemas y la fabricación ecoeficiente y el ecodiseño.
Los procesos constructivos producen importantes impactos medioambientales, principalmente en huella de carbono, alteraciones del suelo, zonas pluviales y emisiones a la atmósfera. La conversión a la circularidad de la construcción supondría, por ejemplo, que las emisiones globales de CO2 se redujeran un 38% para 2050, o que la vida útil de un edificio pasara de 25 a 100 años.
De modo que, si incorporaran la perspectiva ambiental en todo el ciclo de vida del proceso constructivo –planificación, construcción, mantenimiento y deconstrucción–, las empresas de Gipuzkoa se encontrarían ante una “oportunidad de competitividad en forma de mayores ingresos, menores costes, mayor seguridad en el suministro y nuevas oportunidades de negocio”, según explicó el pasado viernes en rueda de prensa Olga Martín, directora general de Aclima, el Clúster referente y aglutinante de la Ecoindustria Vasca.
“Podemos encontrar oportunidades concretas como, por ejemplo, el desarrollo de nuevos materiales de construcción reciclados y más ecológicos, la utilización de baldosas que absorben CO2, la reducción del uso de agua en los procesos de fabricación, la segregación y minimización de residuos y la reutilización de los mismos, la inclusión de placas solares para autosuficiencia energética o la inclusión de zonas naturales y orgánicas como parte de la construcción”, añadió Martín.
Innovación colaborativa
Jabier Larrañaga, diputado de Promoción Económica de la Diputación Foral de Gipuzkoa, junto con Jon Ansoleaga, director del Clúster de la Industria de la Construcción de Euskadi, Eraikune, y Olga Martín, presentaron el proyecto E-Const, para la promoción de la economía circular en el sector de la construcción, que cuenta con una subvención del Departamento de Promoción Económica, Turismo y Medio Rural y persigue favorecer proyectos de innovación colaborativos que aporten valor diferencial en el tejido empresarial guipuzcoano. En el marco del proyecto, Eraikune y Aclima están trabajando con el tejido empresarial de Gipuzkoa para identificar las oportunidades que presenta el territorio, con el fin de favorecer la transición del sector de la construcción hacia un modelo basado en la economía circular.
Con el propósito de fomentar sinergias entre empresas, el pasado viernes se celebró en Donostia una jornada en la que se mostraron las oportunidades de integración de ambos sectores, así como experiencias y soluciones que el mercado ofrece. Las empresas, además, participaron en un workshop dirigido a identificar sinergias que permitan generar proyectos en común. La jornada y el workshop contaron con la participación de cerca de 40 empresas del territorio, uniendo empresas de la construcción, del sector de la economía circular y agentes dinamizadores de este ámbito como clústers, asociaciones, universidades e instituciones.
Este cambio de paradigma implica a agentes muy diversos del sector de la construcción: administraciones públicas, extractores de materias primas, fabricación de materiales, fabricantes de componentes y equipos, transportistas, profesionales, constructoras, promotoras, ingenierías, estudios de arquitectura, gestores de residuos, certificadores y laboratorios, así como personas usuarias. El sector ambiental vasco representa alrededor del 5% del PIB de Euskadi, y la industria de la construcción contribuye en un 10,7% al PIB vasco.
“Para disminuir el impacto medioambiental es necesario incentivar las edificaciones con certificaciones o sellos verdes orientados a disminuir la huella de carbono del edificio, y también establecer planes específicos por parte de la administración pública que fomenten la proyección y ejecución de construcciones de economía circular, o incluso se establezcan exigencias normativas más restrictivas que introduzcan los criterios de economía circular”, señaló Jon Ansoleaga, director de Eraikune.
El diputado de Promoción Económica, Jabier Larrañaga, apuntó que “este proyecto es uno de los 166 apoyados el año pasado dentro del programa de ayudas de la Diputación para promover la generación de oportunidades, el valor diferencial y la sostenibilidad del tejido empresarial de Gipuzkoa. La institución foral acaba de presentar la convocatoria de este año, a la que destinará 4,4 millones, 750.000 euros para integrar la economía circular en toda la cadena de valor de la actividad empresarial”.
Larrañaga destacó el potencial de la economía circular para “crear nuevas oportunidades de desarrollo ligando crecimiento y sostenibilidad”, y su importancia dentro de la transición ecológica que la UE ha establecido como ámbito prioritario. “El de la construcción es, por su entidad y por sus características, un sector propicio y prioritario para abordar esta transformación. Las actuaciones en materia de descarbonización, eficiencia energética, construcción sostenible o rehabilitación de edificios tienen pleno encaje en las directrices establecidas por Europa, y suponen una oportunidad para consolidar el empleo actual y generar nuevos empleos verdes. Para, en definitiva, fortalecer nuestra economía apostando por la transformación”, añadió.
Oportunidades en la rehabilitación
En Gipuzkoa el número de edificios de carácter residencial es de 56.100 (según el Eustat 2018) y tiene una antigüedad media de casi 47 años. A su vez, el parque residencial está compuesto por 348.432 viviendas, de las cuales el 67% tiene una antigüedad superior a 40 años y, por lo tanto, son susceptibles de ser rehabilitadas, lo que constituye una importante oportunidad de negocio para las empresas, en línea con la estrategia europea “Renovation Wave” para renovar el parque de edificios y contribuir a la neutralidad climática para 2050.
En ese sentido, Ansoleaga señaló que “la práctica totalidad de los edificios que ya están construidos, el 67%, son ineficientes y necesitan ser actualizados. Acometer la rehabilitación del parque edificado en clave de circularidad supondrá una oportunidad de diversificación y generación de nuevos servicios y productos”. Todo ello integrando criterios de economía circular y no solo de sostenibilidad, yendo más allá del control del consumo y huella de carbono del uso del edificio, y prestando especial atención a la elección de los materiales y a establecer procesos más exhaustivos de control de trazabilidad de los mismos y los RCD generados durante la ejecución de los proyectos.
Beneficios de la economía circular aplicada a la construcción
La construcción es un sector estratégico para avanzar en la economía circular debido a su relación con la extracción de materias primas, consumo de energía y la generación de residuos voluminosos. Los principales desafíos del sector pasan por la eficiencia en el uso de los recursos, la disminución de las emisiones y la gestión de residuos.
En la UE, la construcción representa el 40% del consumo total de energía y el 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero, el 50% de todos los materiales extraídos, el 30% del consumo de agua y el 35% del total de los residuos generados.
La aplicación de los principios de circularidad para la renovación de los edificios reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero relacionados con los materiales de construcción. La Agencia Europea del Medio Ambiente estipula que realizar acciones como reducir el hormigón, cemento y acero en el sector de la construcción pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con los materiales en un 61% durante las etapas del ciclo de vida de un edificio hasta 2050.