La iniciativa StEP (Solving the E-waste Problem) lanza un mapa mundial interactivo on line que refleja la producción de RAEE en todo el planeta y por países, con la intención de concienciar sobre la magnitud del problema.
Si nos pusiéramos a llenar camiones de 40 toneladas con todos los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) que se generarán en 2017 –tales como refrigeradores, televisores, teléfonos móviles, ordenadores, monitores, juguetes y otros productos con una batería o un cable eléctrico–, y los colocáramos en una fila, esta alcanzaría las tres cuartas partes de la línea del Ecuador. Esta alarmante previsión, basada en datos recopilados por la iniciativa StEP (Solving the E-waste Problem) –una alianza de organizaciones de la ONU, la industria, los gobiernos, así como organizaciones no gubernamentales y científicas– representa un salto global del 33% en la generación de basura electrónica en tan solo cinco años.
Mientras que la mayoría de estos productos electrónicos se eliminan una vez llegado el final de su vida útil, algunas regiones están haciendo importantes esfuerzos para desviar una parte de estos RAEE hacia el reciclaje y la reutilización. Ahora, el creciente problema global de los residuos electrónicos ha sido representado gráficamente en el primer mapa mundial interactivo de basura electrónica.
El mapa interactivo presenta datos anuales comparables de 184 países: muestra la cantidad estimada de aparatos eléctricos y electrónicos (EEE, cualquier cosa con una batería o un cable) puestos en el mercado, y cuánta basura electrónica resultante se genera con el tiempo (es decir, la que queda fuera de uso o se almacena para su recogida por una empresa de reciclaje o su eliminación).
Para dar una idea de la cantidad de basura electrónica que se genera en el mundo, el mapa refleja, por ejemplo, que el año pasado se produjeron casi 48,9 millones de toneladas métricas de residuos eléctricos y electrónicos en todo el planeta, un promedio de 7 kg por cada uno de los 7.000 millones de personas que lo habitan.
Y la inundación de basura electrónica está creciendo. Basado en las tendencias actuales, los expertos de StEP predicen que en 2017, el volumen anual total será un 33% por ciento superior, alcanzando los 65,4 millones de toneladas, casi el equivalente en peso de 200 edificios como el Empire State Bulding u once grandes pirámides de Giza.
Comprender la magnitud del problema
“Aunque hay amplia información sobre los negativos impactos sobre el medio ambiente y la salud de los primitivos métodos de reciclaje de desechos electrónicos, la falta de datos globales ha hecho difícil comprender la magnitud total del problema”, dice Ruediger Kuehr de Universidad de las Naciones Unidas y Secretario Ejecutivo de StEP. “Creemos que esta base de datos, constantemente actualizada y enlazada al mapa, mostrando el volumen de residuos electrónicos por país junto con textos legales ayudará a concienciar y desarrollar mejores políticas a nivel público y privado”, añadió.
Cada estadounidense fue responsable de un promedio de 29,8 kg de residuos electrónicos, una cifra casi seis veces superior a la de China, que genera 5,4 kg por habitante.
La base de datos del mapa mundial de basura electrónica muestra que, en 2012, China y Estados Unidos encabezaron el mercado mundial de aparatos electrónicos, así como de sus residuos. Así, China puso en 2012 el mayor volumen de productos electrónicos en el mercado, 11,1 millones de toneladas, seguida de Estados Unidos con 10 millones de toneladas.
Esas posiciones fueron revertidas cuando se trataba del volumen total de residuos electrónicos generados por año, al contar el país norteamericano con más productos puestos en el mercado en el pasado y que ahora son desechados. Así, EE UU fue el mayor productor mundial de RAEE, con 9,4 millones de toneladas, mientras que China es ya el segundo país en generación de chatarra electrónica, con 7,3 millones de toneladas.
Sin embargo, las dos economías más grandes del mundo distan mucho en lo que se refiere a la cantidad de residuos electrónicos generados anualmente por persona. Cada estadounidense fue responsable de un promedio de 29,8 kg de basura tecnológica, una cifra casi seis veces superior a la de China, que genera 5,4 kg por habitante.
El mapa de la basura electrónica también contiene información sobre normativas relacionadas con los RAEE, legislaciones, políticas y orientación. Esta se obtiene principalmente de la plataforma de gestión de conocimiento sobre cumplimientos y riesgos, C2P, –miembro de StEP– y destaca la gran variedad de necesidades existentes en la materia y la falta de coherencia en la lucha contra el problema de los residuos electrónicos en todo el mundo.