Un consorcio vasco trabaja en el proyecto europeo GISWASTE, que incorpora la variable geográfica en la toma de decisiones con el objetivo de optimizar la valorización de restos vegetales, cárnicos y lácteos. Se comprobará la validez del método con dos modelos reales de estudio: una planta de biogás y otra de piensos.
Cada día se producen miles de toneladas de subproductos alimentarios en Europa que terminan como residuos al no ser aprovechados. Solo en la Comunidad Autónoma del País Vasco, el sector agroalimentario genera anualmente 4 millones de toneladas de materia orgánica, subproductos y residuos. De estos, 133.000 toneladas son restos vegetales, cárnicos y lácteos que tienen un contenido elevado en nutrientes y en compuestos y que podrían convertirse en materia prima nuevamente, como ingredientes para alimentación animal o para la obtención de biocombustibles.
El proyecto GISWASTE tiene como objetivo establecer una metodología y una herramienta que determine la viabilidad y rentabilidad de las opciones de valorización en cada caso
Los expertos estiman que se pueden valorizar al menos el 70% de esos residuos. Pero de poco sirve valorizarlos si luego no dan lugar a un nuevo producto que tenga demanda en el mercado. La cuestión se resume en la siguiente pregunta: ¿Cómo podemos saber si compensa o no la valorización de un subproducto en el lugar y en las condiciones en que se produce?
A este interrogante pretende responder el proyecto europeo GISWASTE, que se ha presentado esta mañana en Bilbao. El proyecto cuenta con la cofinanciación del programa Life de la Unión Europea y está liderado por un consorcio vasco, coordinado por el centro AZTI-Tecnalia, con la participación de las empresas Geograma y LKS y la sociedad de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco, Ihobe.
Una herramienta de decisión
El proyecto GISWASTE tiene como objetivo establecer una metodología y una herramienta que determine la viabilidad y rentabilidad de las opciones de valorización en cada caso. En palabras del director general de Ihobe, Javier Aguirre, se trata de desarrollar “una herramienta que ayude a elegir la mejor alternativa de valorización a través de tecnología de geoinformación GIS”.
La geoinformación permite construir mapas inteligentes, en los que la posición geográfica interviene como una variable asociada a una base de datos. En esa base se incluyen todos los factores técnicos, económicos y ambientales que condicionarán la viabilidad de las opciones de valorización: cantidades de subproducto generadas, cercanía o dispersión de las mismas, temporalidad, logística, adecuación ambiental de las plantas de tratamiento…
Esta metodología permitirá reducir los costes para que la valorización de estos subproductos sea económicamente viable
El consorcio vasco que desarrolla este proyecto entiende que la herramienta será de gran ayuda para la toma de decisiones por parte de los agentes que intervienen en el ámbito de la valorización de residuos, así como para las administraciones públicas. Además, servirá para generar nuevas oportunidades de negocio en el ámbito de la economía circular, con la consiguiente creación de empleo verde, mejorando además la colaboración entre generadores y valorizadores de subproductos.
En este sentido, Javier Aguirre ha destacado que “más allá del beneficio medioambiental de valorizar el 70% de estos residuos, es una actividad que genera negocio, potenciando la industria del reciclaje”.
En palabras de Jaime Zufía, coordinador del área de sostenibilidad de AZTI-Tecnalia –centro de investigación marina y alimentaria con más de 20 años de experiencia en el desarrollo de proyectos de valorización de subproductos agroalimentarios–, en muchas iniciativas de este tipo “había factores que no se tenían en cuenta”, como es el caso de la localización geográfica. Esta situación es la que ha llevado a desarrollar “una herramienta geográfica que ayude a valorar las distintas alternativas posibles para valorizar estos residuos y crear sinergias entre regiones”.
“Esta metodología –ha añadido Zufía– permitirá reducir los costes para que la valorización de estos subproductos sea económicamente viable”. Se trata, en definitiva, de una eficaz “herramienta para la toma de decisiones”.
El proyecto se desarrollará en el País Vasco, aunque el objetivo es que sea fácilmente adaptable y replicable en otras regiones europeas
Alejandro Guinea de Salas, director de la empresa Geograma, ha destacado la importancia de la variable geográfica a la hora crear nuevas infraestructuras de valorización de residuos, pues hay que tener muy en cuenta “dónde se generan los residuos, dónde llevarlos, qué localizaciones son adecuadas…”.
Aunque el proyecto se desarrollará en el País Vasco y por tanto tendrá en cuenta sus peculiaridades geográficas, el objetivo es que sea “fácilmente adaptable y replicable en otras regiones europeas”, ha destacado Guinea.
Por su parte, Alberto Vázquez, director de proyectos de LKS, ha afirmado que esta herramienta permitirá “analizar la mejor ubicación posible para instalar una planta de tratamiento”.
Pienso y biogás
El proyecto GISWASTE contempla la puesta en marcha de dos modelos reales de estudio para validar la nueva herramienta. Se trata de dos implantaciones, una planta de biogás y una planta de piensos para alimentación animal, que servirán para comprobar la validez del método propuesto.
El Proyecto GISWASTE tiene un presupuesto de 1,4 millones de euros y concluirá en junio de 2017.
Qué es el proyecto Life GISWASTE from Lifegiswaste on Vimeo.