La vibración de un teléfono al sonar es solo una de las aplicaciones para las que se utilizan las tierras raras, aunque hay más usos banales ligados a estos minerales tan problemáticos. Producir una tonelada de tierras raras genera otra tonelada de residuos radioactivos.
Las denominadas tierras raras son minerales para cuya obtención se requieren procesos extremadamente contaminantes y que actualmente no se reciclan. Lo más llamativo, según quedó de manifiesto en la sesión técnica sobre ‘Capital Mineral’ (ST-21) celebrada en Conama 2014, es que en ocasiones se estén empleando para usos banales, como por ejemplo la vibración de un teléfono móvil.
“Yo me lo pregunto: ¿Es necesario que me vibre el móvil?», comenta Enrique Montero, profesor de Tecnología Electrónica de la Universidad de Cádiz y experto en tierras raras. “Hay que hacer una política de eliminar lo innecesario y todo producto que pueda reemplazarse por otro que no contenga estos elementos, por ejemplo los discos duros de los ordenadores. Ya existe la memoria sólida como alternativa. La Administración debería prohibirlos o penalizar muy duramente su consumo”, explica.
Otro caso expuesto por Montero es el de los billetes de euro: “Los puntos que brillan bajo el detector ultravioleta de moneda falsa son europio, una de las 17 tierras raras. Supongo que se podría pensar en otro método, pero este tenía la gracia del nombre. El caso es que todos llevamos tierras raras en los bolsillos”, asevera el profesor. “Pero no solo eso, porque están en todo tipo de materiales electrónicos, en los LED, en las máquinas de los hospitales, en las baterías de los coches, en los aerogeneradores…”.
Reciclaje complejo y caro
Los expertos advierten de que la problemática que acompaña al uso de estos elementos es, a día de hoy, de una envergadura comparable al desconocimiento que tiene de ellos la ciudadanía. “Producir una tonelada de tierras raras da lugar a otra tonelada de residuos radioactivos. Eso explica que el 97% de la producción la monopolice China, en donde la legislación ambiental es mucho más laxa”, comenta Montero.
“Como resultado, los países industrializados han ido abandonando la tecnología que ahora permitiría apostar por su reutilización –explica Montero–. No obstante su reciclaje es complicado y costoso porque habría que ir sacando átomos sueltos de cada dispositivo. Por ello debemos dar prioridad a su recuperación de aquellos productos que los contienen en mayor cantidad, como por ejemplo los aerogeneradores, pero sobre todo urge que cambiemos nuestro comportamiento y reduzcamos los usos banales. ¿Es tan necesario que las luces LED de nuestra casa cambien de color?”.
Fuente:
Conama
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y.accesslab