Tras revisar los datos presentados por la industria, la Fundación Ellen MacArthur reconoce que las cajas de pescado y los embalajes de protección para electrodomésticos fabricados en EPS no sólo son reciclables, sino que realmente se reciclan.
El pasado mes de marzo, la Fundación Ellen MacArthur publicó su informe «Plastic Initiative 2023 Recycling Rate Survey», en el que reconoce que los envases y embalajes para transporte de poliestireno expandido (EPS) -aislantes y protectores- se reciclan a «escala y en la práctica» en todo el mundo. Esto supone que este material deja de estar cubierto por el compromiso global de la nueva economía del plástico, la iniciativa lanzada por la propia Fundación junto con el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) con el objetivo de alcanzar una economía circular para el plástico.
La Fundación Ellen MacArthur establece criterios muy específicos a la hora de validar la reciclabilidad de los materiales plásticos. La prueba y el umbral para evaluar si la reciclabilidad de un diseño de envase está probada «en la práctica y a escala» para el compromiso global, pasa por lograr un índice de reciclado posconsumo del 30% en múltiples regiones, y que en conjunto representen al menos 400 millones de habitantes. Estos criterios son aplicados por el PNUMA en las negociaciones relativas al Tratado Internacional sobre la Contaminación por Plásticos, un acuerdo jurídicamente vinculante sobre la contaminación por plásticos para 2024 acordado por 175 naciones de todo el mundo.
A través de una iniciativa de la Asociación Nacional de EPS-branchen (Dinamarca), que se reunió con la Fundación Ellen MacArthur para debatir las propiedades del EPS, los datos compartidos por la industria demostraron que el EPS utilizado para envases aislantes y embalajes de protección cumple los criterios para validar la reciclabilidad del material a «escala y en la práctica», por lo que fueron tenidos en cuenta por la Fundación.
De hecho, en la Unión Europea, el índice de reciclado de envases posconsumo de EPS es de aproximadamente el 40%, mientras que en Norteamérica el índice de reciclado supera el 30% (por encima del 50% en Japón, China y Corea del Sur). Algunos países europeos destacan por sus excelentes ratios de reciclado: en Noruega, por ejemplo, el índice de reciclado supera el 70%, mientras que en Dinamarca, Portugal, Bélgica, Austria e Irlanda es superior al 50%. Además, el reciclado de EPS también supera el 30% en Brasil.
Si hablamos del caso concreto de España, el índice de reciclado de EPS frente al total de residuos de envases y embalajes en todos sus flujos durante 2022 fue del 45%, un poco por encima de la media europea.
Tras revisar los datos presentados, la Fundación Ellen MacArthur reconoció que las cajas de pescado y los embalajes de protección para electrodomésticos fabricados en EPS no sólo son reciclables, sino que realmente se reciclan.
Todos los datos presentados a través de fuentes gubernamentales mostraron también que el reciclado posconsumo de EPS abarca 35 países de 4 regiones del mundo con una población de al menos 4.200 millones de personas, superando así en un 650% los criterios de 400 millones establecidos por la Fundación Ellen MacArthur.
Además, al aplicar los criterios de la Fundación Ellen MacArthur para comparar la población con la evaluación del reciclaje de otros materiales de envasado, el reciclaje posconsumo de EPS es el segundo envase de plástico más reciclado medido por población. Si solo se tienen en cuenta los datos gubernamentales y la población de 2018, el EPS es el tercer material de envasado más reciclado del mundo. También debe tenerse en cuenta que los envases de EPS aislantes y embalajes de protección solo representan una parte marginal de los envases de plástico producidos en todo el mundo, significativamente por debajo del 0,2%.