La organización de recuperadores de papel reclama que el futuro reglamento europeo sobre traslados de residuos no obstaculice el funcionamiento del mercado mundial para el comercio de papel recuperado.
En 2020, Europa recogió 54,4 millones de toneladas de papel recuperado, de las que utilizó internamente 47,9 millones de toneladas. Sin embargo, existe una brecha entre la oferta y la demanda de alrededor de 7 millones de toneladas en términos de exceso de oferta de papel recuperado en Europa, como se viene observando en los últimos años. Para ERPA, la rama de papel recuperado de la confederación europea del reciclaje EuRIC, a falta de mercados finales para esos 7 millones de toneladas de papel recuperado en Europa, las exportaciones son de vital importancia para la industria europea del reciclaje de papel.
«El futuro Reglamento sobre el traslado de residuos no debería obstaculizar el buen funcionamiento del mercado mundial para el comercio de papel recuperado», afirma Hans van de Nes, presidente de ERPA. «Entendemos la necesidad de restringir las exportaciones de los ‘flujos de residuos problemáticos’ identificados en el nuevo Plan de Acción de la Economía Circular a los países que carecen de una infraestructura adecuada. Sin embargo, las exportaciones de papel recuperado que cumplen la norma EN 643 a países fuera de la Unión Europea son absolutamente cruciales para la industria del reciclaje de papel».
«Mientras que la mayor parte del papel de desecho recogido y recuperado en la UE se queda en la UE para fabricar nuevo papel en las cadenas de valor circulares, el papel recuperado sigue siendo una materia prima procedente del reciclaje con una oferta y una demanda mundiales que puede utilizarse fácilmente como sustituto o complemento de la pasta virgen por las fábricas de papel para producir nuevo papel», explica van de Nes.
ERPA lamenta que la propuesta de revisión del Reglamento sobre el traslado de residuos (RTR) ignora por completo las grandes diferencias entre los distintos flujos de residuos. Considera que el enfoque único que somete a todos los flujos de residuos a restricciones de exportación similares, sin hacer ninguna distinción entre los residuos no tratados y el papel recuperado que cumple con la norma europea EN643, tendrá un impacto negativo duradero para la industria del reciclaje de la UE. «Al restringir el acceso a los mercados finales globales, los costes de recogida y procesamiento dejarán de estar cubiertos por los ingresos de las ventas de papel recuperado, lo que llevará a la necesidad de contribuciones financieras por parte de los municipios para poder continuar con una recogida selectiva adecuada», afirma la organización en un comunicado.
ERPA destaca el rol del papel recuperado en la transición hacia una economía más circular: su uso en comparación con las materias primas para la producción de papel nuevo ahorra más del 60% de energía y es inherentemente eficiente en cuanto a recursos y clima. Sin embargo, a falta de una capacidad de producción suficiente en Europa, el comercio mundial de papel recuperado sigue siendo crucial, ya que el papel recuperado solo puede almacenarse durante un tiempo limitado y debe utilizarse rápidamente en una fábrica de papel para producir papel nuevo.
En este sentido, ERPA acoge con gran satisfacción las capacidades adicionales anunciadas por la industria papelera europea para aumentar la demanda en Europa. «Sin embargo, la construcción de nuevas capacidades llevará tiempo y no será suficiente para cerrar la brecha entre la oferta y la demanda», concluye van de Nes.