Las empresas españolas de reciclaje de RAEE están a la cabeza de Europa en certificaciones WEEE-LABEX, sello de excelencia en el tratamiento de este tipo de residuos.
La caída del consumo en España debido a la crisis nos ha obligado a alargar la vida de nuestros aparatos eléctricos y electrónicos. Esto ha tenido efectos directos en la cantidad de aparatos que llegan a las plantas de reciclaje para ser tratados al final de su vida útil, y como consecuencia el sector ha sufrido una caída del 50% en su actividad respecto a los años anteriores a 2008.
A pesar de este contexto sombrío, las empresas recicladoras de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) han apostado por adaptarse y seguir innovando en sus procesos para tratar de salvar la crisis mejorando su eficiencia.
Este esfuerzo se ha visto recompensado, y España está ya a la cabeza de Europa en plantas certificadas para el tratamiento de aparatos eléctricos con la etiqueta de excelencia WEEE-LABEX.
Estas rigurosas certificaciones son otorgadas por el WEEE FORUM, asociación europea que representa a los fabricantes de aparatos eléctricos y electrónicos, y demuestra que el tejido industrial recuperador español es una referencia europea en materia de tratamiento ambiental.
La Federación Española de la Recuperación y Reciclaje (FER) es la patronal del sector, dentro de la cual se encuentra WIREC, con la primera planta certificada para cuatro categorías distintas de aparatos, y LYRSA, una instalación especializada en los aparatos frigoríficos, que son los más complicados de gestionar.
Gracias a plantas como estas se evita que valiosos recursos materiales como cobre, plásticos o metales preciosos acaben en el vertedero, permitiendo así que tengan una nueva vida y puedan formar parte de nuevos productos, lo que reduce la dependencia española de materias primas procedentes de otros países.
En España se ponen en el mercado más de 600.000 toneladas de nuevos aparatos electrónicos cada año y se calcula que se generan 16 kg/habitante al año de RAEE. Este tipo de residuos son los que más están creciendo en generación en la Unión Europea. La labor de reciclado por parte de estas instalaciones impide que metales pesados como el mercurio o gases con elevada afección a la capa de ozono como los CFC se diluyan en el medio ambiente.