Con el objetivo de evitar el greenwashing, el Consejo de la UE respalda que cualquier afirmación ecológica sobre un producto o servicio deba ser verificada por terceros expertos independientes.
El Consejo adoptó ayer su posición («orientación general») sobre la Directiva relativa a las afirmaciones ecológicas, cuyo objetivo es hacer frente al lavado verde o greenwashing y ayudar a los consumidores a tomar decisiones realmente más sostenibles al comprar un producto o utilizar un servicio.
Un estudio realizado en 2020 reveló que más de la mitad de las declaraciones medioambientales sobre todo tipo de productos ofrecen información vaga, engañosa o infundada. La nueva Directiva establecerá requisitos mínimos para la fundamentación, comunicación y verificación de las declaraciones medioambientales explícitas.
«Hoy hemos alcanzado un importante acuerdo para luchar contra el lavado verde estableciendo normas sobre información clara, suficiente y basada en pruebas sobre las características medioambientales de los productos y servicios. Nuestro objetivo es ayudar a los ciudadanos europeos a tomar decisiones ecológicas bien fundadas», explicó Alain Maron, ministro del Gobierno de la Región de Bruselas-Capital, responsable de cambio climático, medio ambiente, energía y democracia participativa.
Esta nueva propuesta se refiere específicamente a las afirmaciones ecológicas explícitas (texto escrito u oral) y a las etiquetas medioambientales que las empresas utilizan voluntariamente al comercializar su carácter ecológico y que se refieren a los impactos, aspectos o resultados medioambientales de un producto o servicio. También se aplica a los sistemas de etiquetado ambiental existentes y futuros, tanto públicos como privados.
El planteamiento general establece una distinción entre las declaraciones medioambientales explícitas y las etiquetas medioambientales, con el fin de especificar claramente las obligaciones aplicables a cada una de ellas, incluidos los requisitos que se aplican a ambas.
Afirmaciones más claras y basadas en pruebas
Las empresas deben utilizar criterios claros y las pruebas científicas más recientes para fundamentar sus alegaciones y etiquetas. Además, según el planteamiento general, las afirmaciones y etiquetas medioambientales deben ser claras y fáciles de entender, con una referencia específica a las características medioambientales que cubren (como la durabilidad, la reciclabilidad o la biodiversidad).
Los Estados miembros mantienen el principio fundamental de la verificación previa de las declaraciones medioambientales explícitas y las etiquetas ecológicas, tal como se prevé en la propuesta de la Comisión. Esto significa que cualquier afirmación ecológica tendría que ser verificada por terceros expertos independientes antes de ser publicada.
Al mismo tiempo, introduce un procedimiento simplificado para eximir de la verificación por terceros a determinados tipos de alegaciones medioambientales explícitas: las empresas que cumplan los requisitos deberán demostrar su conformidad con las nuevas normas cumplimentando un documento técnico, que deberá completarse antes de hacer pública la alegación.
Aunque las microempresas también estarán sujetas a verificación, dispondrán de 8 meses más que las demás empresas para cumplir esas normas.
Se han añadido varias medidas de apoyo para ayudar a las pymes, incluidas las microempresas, a lo largo del procedimiento. Entre ellas figuran el suministro de directrices y herramientas y medidas adicionales para reducir la carga administrativa de los agricultores. También pueden incluir apoyo financiero y formación.
Etiquetas medioambientales públicas
Reconociendo la importancia de los sistemas de etiquetado público nacionales o regionales existentes, los ministros de Medio Ambiente acordaron la posibilidad de establecer nuevos sistemas y eximir a los regulados por la legislación nacional o de la UE de la verificación por terceros, siempre que estos últimos cumplan las normas de la UE tanto en lo que respecta a los procedimientos como a las normas.
Según el planteamiento general, los sistemas de etiquetado ecológico EN ISO 14024 tipo 1 quedarán exentos de verificación si están reconocidos oficialmente en un Estado miembro y cumplen las nuevas normas. El reconocimiento por parte de un Estado miembro sería suficiente para todo el mercado de la UE.
Declaraciones relacionadas con el clima
El planteamiento general introduce nuevos requisitos para probar las alegaciones relacionadas con el clima, incluidas las relativas a los créditos de carbono.
Las reclamaciones relacionadas con el clima se basan a menudo en créditos de carbono generados fuera de la cadena de valor de la empresa, por ejemplo a partir de proyectos forestales o de energías renovables. El planteamiento general incluye la obligación de facilitar información sobre el tipo y la cantidad de créditos de carbono, y sobre si son permanentes o temporales, entre otras cosas.
La posición del Consejo también distingue entre créditos de contribución (créditos de carbono para contribuir a la acción por el clima) y solicitudes de compensación (créditos de carbono para compensar una cuota de emisiones).
En las solicitudes de compensación, las empresas deben demostrar un objetivo neto cero y mostrar los avances hacia la descarbonización, así como el porcentaje de emisiones totales de gases de efecto invernadero que se han compensado.
El planteamiento general del Consejo aprobado ayer servirá de base para las negociaciones con el Parlamento Europeo sobre la forma final de la directiva, que comenzarán en el nuevo ciclo legislativo.
En una reciente encuesta del Eurobarómetro, el 90% de los europeos estaba de acuerdo en que debería haber normas más estrictas para calcular el impacto ambiental y las declaraciones medioambientales relacionadas.
La Comisión Europea publicó la propuesta de Directiva, que complementa la Directiva recientemente adoptada sobre la capacitación de los consumidores para la transición ecológica, el 22 de marzo de 2023.
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