Además de calor y electricidad, las denominadas plantas IRF producirán también hidrógeno y combustibles sintéticos y recuperarán nuevas materias primas secundarias.
La organización europea de tecnologías de valorización energética de residuos, ESWET, ha presentado en un informe su visión sobre el futuro de la gestión de residuos a través de lo que denomina plantas integradas de recuperación de recursos (IRF), un nuevo modelo de instalación que, según afirma, liberará todo el potencial de descarbonización de la conversión de residuos en energía.
La IRF representa un cambio radical en el tratamiento térmico de residuos. En un comunicado, ESWET asegura que la conversión de residuos en energía complementa la prevención, la reutilización y el reciclado de residuos. Sin embargo, dado que la generación de residuos sigue aumentando en Europa y en todo el mundo, el sector está trabajando en formas innovadoras de aprovechar todo su potencial.
«Gracias a la ingeniería europea de vanguardia -ha declarado Patrick Clerens, secretario general de ESWET-, las plantas nuevas y las renovadas pueden ahora aplicar tecnologías innovadoras para recuperar totalmente lo no reciclable«.
Así, las plantas IRF no solo están diseñadas para producir calor y electricidad, sino también hidrógeno parcialmente renovable y combustibles sintéticos, en sinergia con las tecnologías de captura y uso de carbono. Además, el IRF fomenta la recuperación de materias primas secundarias como metales, metales preciosos, minerales e incluso sales con procesos de recuperación mejorada aplicados a los residuos de incineración.
Para la entidad, el IRF es el siguiente paso para seguir abordando los retos medioambientales de la UE que plantean los residuos no reciclables: alcanzar plenamente el potencial de descarbonización del tratamiento de residuos, garantizar la energía y los materiales en Europa y, por último, cerrar el círculo de la economía circular.