Expertos del centro tecnológico prevén una revolución en el mundo del packaging para conseguir envases más sostenibles y útiles dentro del concepto de la economía circular.
En un contexto donde el 59% del plástico que se genera en Europa proviene del packaging y en el que los recipientes hechos de este material deberán ser totalmente reciclables en 2030, el centro tecnológico Eurecat apuesta por el ecodiseño en la conceptualización, la fabricación y la recuperación de los envases, a fin de aumentar su eficacia y la sostenibilidad medioambiental de estos productos.
Para el director de la Unidad de Sostenibilidad de Eurecat, Miquel Rovira, se espera «una revolución del mundo del packaging dentro del plazo de los 12 años que tienen las empresas para adaptarse», e incide en la necesidad de “no demonizar el envase”, sino “de avanzar para que se genere de forma sostenible, aporte valor añadido a sus funcionalidades y se pueda reutilizar o gestionar como residuo”.
“El reto es conseguir envases más sostenibles y útiles, dentro del concepto de la economía circular”, mediante la aplicación del ecodiseño, que tiene en cuenta los beneficios que aporta el packaging en materia de conservación y de seguridad, así como los desechos que evita y la reducción de las emisiones en el proceso de fabricación de los recipientes o en su transporte, explica Rovira.
Con el ecodiseño, “Eurecat puede ayudar a diseñar envases revolucionarios con nuevos materiales que supongan una ruptura en el mercado y ayuden al objetivo de eliminar los envases de plástico que no sean reciclables”, añade el director de Sostenibilidad del centro tecnológico.
Digitalización para una mejor trazabilidad
En este escenario, las unidades tecnológicas de Sostenibilidad y de Producto de Eurecat ya trabajan para diseñar nuevos envases y medir el beneficio ambiental, con el objetivo de encontrar, junto con los expertos del centro en el ámbito digital y en materiales, nuevos conceptos de packaging y de etiquetado.
La aplicación de nanopartículas a los envases para que los alimentos queden mejor preservados o los estudios para dar una segunda vida a materiales como el corcho, que es un embalaje muy frecuente, son algunas de las vías en las que trabaja el centro tecnológico.
“El cliente lo que más valora de un producto es el precio y la calidad, si bien los aspectos ambientales están por encima de la marca y es una dinámica que va en aumento”, continúa Rovira, quien prevé que la digitalización dará lugar a una mejor trazabilidad del envase, tanto en su fase de uso como para saber dónde está el final de su vida útil
De acuerdo con la estrategia europea para la gestión del plástico dentro de la economía circular, la demanda de este material en Europa en 2015 era de 49 millones de toneladas, de las que el 39,9% correspondía al packaging, el 19,7% era de la construcción, el 8,9% de la automoción y el 5,8% procedía de la electrónica. Según este documento, anualmente la producción y la incineración de plástico genera 400 millones de toneladas de dióxido de carbono. Desde la perspectiva del reciclaje, la recuperación de un millón de toneladas de plástico es equivalente a sacar un millón de coches de la carretera.