La Confederación Europea de Industrias del Reciclaje afirma que la chatarra metálica procedente del reciclado mecánico no debería estar sujeta a restricciones de exportación desde la UE.
La Confederación Europea de Industrias del Reciclaje (EuRIC) considera que la propuesta de revisión del Reglamento sobre Traslados de Residuos requiere mejoras sustanciales para cumplir sus objetivos principales, a saber, luchar contra los traslados ilegales e impulsar las cadenas de valor circulares. «El enfoque único que somete a todos los flujos de residuos a restricciones de exportación similares sin hacer sin hacer ninguna distinción entre los materiales no tratados y las materias primas procedentes del reciclado que cumplen las especificaciones de calidad, tendrá tendrá un impacto negativo duradero en la industria del reciclaje de la UE», afirma la organización en un comunicado.
En particular, EuRIC afirma que la chatarra metálica procedente del reciclado mecánico no debería estar sujeta a restricciones de exportación desde la UE, ya que darían lugar a una fuga sustancial de la capacidad de reciclaje hacia fuera de Europa. El resultado sería la pérdida de puestos de trabajo en una de las industrias más dinámicas y circulares. También disuadirían a las empresas de aumentar sus capacidades e invertir en nuevas tecnologías para suministrar las materias primas que la industria europea necesita. A su vez, esto obstaculizaría significativamente la economía circular y climáticamente neutra de la UE.
La lucha contra los traslados ilegales es una de las principales prioridades de la industria del reciclaje de la UE para proteger la salud humana y el medio ambiente. Por ello, EuRIC apoya desde hace tiempo la sustitución de los procedimientos en papel por los electrónicos, así como las restricciones a la exportación de flujos de residuos como los residuos electrónicos no procesados, los neumáticos, los vehículos al final de su vida útil, las baterías o los plásticos de envases mixtos, que «no deberían exportarse a países que no dispongan de una infraestructura adecuada para la recuperación y el tratamiento posterior de los materiales».
Sin embargo, «meter en el mismo cesto metales reciclados con residuos plásticos sin procesar es como mezclar manzanas con naranjas», dice Olivier François, presidente de EuRIC, pues afecta a décadas de inversiones realizadas por la industria europea del reciclado de metales en la creación de una capacidad de recuperación de metales a partir de residuos.
Para abordar las deficiencias fundamentales de la propuesta de la CE, EuRIC insta a la Comisión ENVI del Parlamento Europeo y a los Estados miembros a que restrinjan las exportaciones de «flujos de residuos problemáticos» sin impactar en el «comercio libre, justo y sostenible de materias primas procedentes del reciclaje». Para ello, los recicladores europeos proponen:
- Distinguir los flujos de residuos problemáticos de los no problemáticos, como se indica explícitamente en el nuevo Plan de Acción para la Economía Circular y haciendo una clara distinción entre los residuos no tratados que no deben ser exportados y las materias primas secundarias procedentes del reciclaje, que no deberían estar sujetas a restricciones comerciales;
- Permitir que la chatarra metálica procedente del reciclado mecánico que no suponga una amenaza para el medio ambiente sea enviada a los países de la OCDE y de fuera de la OCDE y contribuir así a una economía más circular en la UE y en el mundo;
- Impulsar las cadenas de valor circulares y neutras desde el punto de vista climático estableciendo un contenido reciclado vinculante en los productos más allá de los plásticos y para cada residuo de la lista verde que estaría sujeto a restricciones de exportación antes de la entrada entrada en vigor del reglamento sobre el traslado de residuos, en caso de que no se haga ninguna distinción entre los flujos de residuos.
«Si se mantienen las restricciones a la exportación para los metales procesados mediante reciclaje mecánico como parte de la revisión del Reglamento de Traslados de Residuos, esto conducirá directamente al cierre de las instalaciones de reciclado de metales en Europa, al desvío de las inversiones a países no pertenecientes a la UE que se benefician de una fuerte demanda interna y de un acceso sin obstáculos a los mercados internacionales y, como resultado, a una caída sustancial de la oferta de materias primas procedentes del reciclaje para la industria europea del metal. Esto, a su vez, haría que las complejas cadenas de valor de la UE fueran más dependientes de las materias primas extraídas, que agotan recursos naturales y contribuyen al calentamiento global», afirma la organización europea.
«Todas las restricciones a la exportación aplicadas en el pasado en países no pertenecientes a la UE han fracasado sistemáticamente a la hora de aumentar el suministro para la industria nacional y han dado lugar a una situación de pérdida para toda la cadena de valor. En cambio, el liderazgo de la UE en la economía circular y climáticamente neutra requiere una industria europea de reciclaje competitiva que solo se puede lograr a través de mercados abiertos para los metales procedentes del reciclaje y una fuerte demanda interna de la UE», concluye François.