Pese a la entrada en vigor este año de la obligatoriedad de recoger estos biorresiduos de forma separada, casi el 75% terminan en vertederos o incinerados.

Europa desperdicia sus residuos alimentarios
Residuos alimentarios. Foto: RESIDUOS PROFESIONAL

La última edición del informe del Consorcio de Industrias de Base Biológica (BIC), publicado en colaboración con Zero Waste Europe, revela que la tasa de captura de residuos alimentarios en 2022 en toda la UE se situó en sólo el 26%. La tasa de captura del total de biorresiduos, incluidos los residuos de jardinería, seguía siendo inferior a la mitad, con un 46%.

El informe «Bio-waste generation in the EU: Current capture levels and future potential» muestra que, a pesar de una pequeña mejora, sigue sin recogerse una cantidad considerable de biorresiduos, que asciende a millones de toneladas anuales. Esto agrava muchos problemas para el clima y la biodiversidad en Europa, además de resultar costoso para los municipios. Por ejemplo, los residuos alimentarios que acaban en los vertederos hacen que el sector de los residuos sea el segundo que más contribuye a las emisiones de metano en la UE.

Dos tercios de los Estados miembro de la UE, entre ellos España, ya han recibido informes de alerta temprana por correr el riesgo de incumplir los objetivos de reciclado de residuos municipales para 2025, en parte debido a los bajos índices de captura de biorresiduos. Este informe pone de relieve la innegable relación entre una recogida eficaz de biorresiduos y unas tasas elevadas de reciclado, dado que los biorresiduos constituyen alrededor del 37% de los residuos municipales de la UE.

Para alcanzar el objetivo de la UE de reciclar el 65% de los residuos municipales en 2035 sería necesario capturar y tratar 40 millones de toneladas más de biorresiduos cada año, subraya el informe, lo que hace que el compostaje y la digestión anaeróbica de los biorresiduos recogidos por separado sean absolutamente esenciales.

Jack McQuibban, responsable de aplicación local de Zero Waste Europe, afirma que «sabemos que los biorresiduos siguen sin tener prioridad en gran parte de la UE, incluso a pesar del nuevo requisito de recogida selectiva. Dado que en la UE sólo se recoge el 26% de los residuos alimentarios, está claro que se necesitan medidas mucho más contundentes. En la actualidad se reconocen ampliamente las mejores prácticas para recoger y tratar los biorresiduos. Lo que es evidente es la necesidad de una legislación revisada de la UE que establezca objetivos jurídicamente vinculantes para la calidad de los biorresiduos recogidos, y un tope en la generación de residuos no reciclables per cápita, lo que incentivaría una mejor recogida y tratamiento de los biorresiduos en toda la UE-27».

En 2015, la UE y sus Estados miembro firmaron el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 12.3 de la ONU para reducir a la mitad el desperdicio de alimentos para 2030. En 2024, se está avanzando a nivel de la UE para introducir uno de los primeros objetivos jurídicamente vinculantes del mundo para reducir el desperdicio de comida. Sin embargo, la ley propuesta, aún en fase de negociación, no alcanza el compromiso del ODS 12.3 de reducirlo en un 50%. Zero Waste Europe, con la ayuda de su red europea de comunidades y expertos, contribuye a apoyar intervenciones a varios niveles para transformar el problema del despilfarro en la cadena de suministro de alimentos.

Para Dirk Carrez, director ejecutivo del BIC, «el sector de base biológica ya está valorizando los biorresiduos en procesos inteligentes y eficientes. Varios miembros del BIC son empresas que utilizan métodos innovadores para convertir los biorresiduos en bioproductos de alto valor. Una captura más eficiente de los biorresiduos permitirá valorizar una mayor cantidad de los mismos en las industrias de base biológica y, en especial, para la biofabricación».

La publicación de este informe se produce tras la implantación de la recogida selectiva obligatoria de biorresiduos en toda la UE el 1 de enero de 2024. Para apoyar esta aplicación de estrategias eficaces de gestión de biorresiduos, el proyecto LIFE BIOBEST de la UE, del que forma parte ZWE, ha estado recopilando y mostrando varios casos de buenas prácticas de toda Europa, desde Cataluña hasta Eslovenia y Croacia.

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